Datos y privacidad más protegidos
La 31 Conferencia Internacional de Autoridades de Protección de Datos y Privacidad, que hoy se clausura en Madrid, ha puesto deberes a los legisladores. Ha sido unánime la petición de una reglamentación internacional uniforme respecto a la gestión de los datos y de la privacidad. Hay coincidencia generalizada en que es necesario proteger a los menores en la Red, en que es un derecho de los usuarios controlar toda su información en internet y que las entidades públicas y privadas deben poner las medidas para evitar cualquier quiebra de seguridad que ponga en riesgo los datos personales de los ciudadanos.
La teoría está clara. Otro cantar es si se están aplicando las políticas adecuadas, tanto por las compañías como por las instituciones que deben velar porque éstas cumplan sus compromisos. Y no todo va tan rápido como sería deseable. Primero, porque cada país se rige por sus propias normas, incluso dentro de la propia UE; después, porque no todas las organizaciones se toman en serio la seguridad y privacidad de los datos personales y no hay sanciones suficientemente disuasorias y, por último, porque hay que entender que la protección de la información no sólo pasa por invertir en soluciones tecnológicas. También es cuestión de procedimientos y de personas, y hace falta el compromiso de todos.