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Huellas en Bruselas VI: Roman Polanski

El director de cine Roman Polanski, que esta semana intentará de nuevo evitar la extradición desde Suiza a EE UU (de donde huyó hace 31 años tras declararse culpable del delito de "having unlawful sex with a minor"), ha pisado en alguna ocasión las aceras de Bruselas.

Al menos en septiembre de 2002, pude verle presentar el prreestreno de su película El Pianista en el palacio de Bellas Artes (Bozar), a menos de 400 metros de la fortificada y omnisciente embajada de EE UU en Bélgica. La visita incluso fue recogida en un video de promoción del cine europeo de la Comisión Europea (en el punto 3'28").

Pero la relación del director franco-polaco con la capital belga viene de más atrás, como recordó el fugitivo en esa aparición pública ante la que no pestañearon los presuntos perseguidores estadounidenses. En 1958, con su corto Dos hombres y un armario, ganó la medalla de bronce del vanguardista festival cinematográfico celebrado con motivo de la Exposición Universal de Bruselas.

Esa mención marcó el inicio de su triunfal carrera. Y Polanski agradeció en Bruselas el apoyo que le brindó entonces Jacques Ledoux (fallecido en 1988), una de las almas mater de la magnifica filmoteca que disfruta la ciudad y promotor del festival EXPRMNTL (no está mal el nombre para un certamen creado 50 años antes de que se enviase el primer SMS).

Durante la presentación de El Pianista nadie le recordó al director su cuenta pendiente con la justicia. ¿Olvido? ¿Comprensión? ¿Benevolencia machista? Hay mil interpretaciones. Tal vez, entre las más interesantes figure esta tribuna en el New York Times, en la que un abogado considera arbitrario que la fiscalía reclame la extradición después de 31 de años de pasividad. O esta otra, en The Daily Beast, en la que Marcia Clark, antigua fiscal de Los Angeles, niega que Polanski fuera engañado por el juez que llevó el caso.

Y, por supuesto, también merece la pena leer lo que escribió en 2003 Samantha Geimer, la niña de 13 años (apellidada entonces Gailey) que un 20 de marzo de 1977 acompañó a Polanski hasta la casa de Jack Nicholson en Mulholland Drive para una sesión de fotos. Y que un cuarto de siglo después, casada y con tres hijos, sigue pidiendo a la prensa estadounidense y a la justicia de ese país que dejen de recordarle los abusos que denunció y que se ocupen de las víctimas que sufren en la actualidad.

Foto: Palacio de Bellas Artes (Bozar) donde Polanski presentó el preestreno de El Pianista (B. dM., 1-11-09).

La UE del revés recoge periódicamente las huellas internacionales más sorprendentes en las calles de Bruselas. Huellas anteriores: V Calder, IV Buffalo Bill, III Julio Cortázar, II Agnés Varda, I Karl Marx.

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