National Express rechaza fusionarse con Stagecoach y opta por ampliar capital
La empresa de transporte National Express, propietaria en España de Alsa y Continental Auto, rechazó hoy la propuesta de fusión planteada por su rival Stagecoach e indicó que en estos momentos su prioridad es conseguir ejecutar una ampliación de capital que le permita sanear sus delicadas finanzas.
Esta decisión se produce apenas quince días después de que el consorcio formado por la familia Cosmen, accionista mayoritario de la compañía, y la firma de capital riesgo CVC retirasen su oferta por National Express, lo que supuso un duro revés para Stagecoach, que había acordado comprar las operaciones de autobuses y ferrocarril de National Express si la operación prosperaba.
Tras este intento frustrado, Stagecoach decidió aproximarse a National Express en solitario, con un proyecto preliminar de fusión que contemplaba la creación de un gigante valorado en 1.700 millones de libras (1.894 millones de euros) y en el cual National Express habría retenido una participación del 40 por ciento.
Sin embargo, la compañía anunció hoy en una comunicación remitida a la Bolsa de Londres que tras evaluar la oferta de Stagecoach ha decidido "dar por concluidas las negociaciones para evitar nuevas interrupciones en el negocio" y centrarse, así, en "asegurar una ampliación de capital exitosa antes de finales de año".
A pesar de que National Express no ha dado más detalles sobre esta operación y se ha limitado a adelantar que realizará un anuncio a lo largo de noviembre, los analistas creen que la empresa pretende recaudar entre 300 y 350 millones de libras (334 y 390 millones de euros).
"Decepción" de Stagecoach
Stagecoach ha mostrado su "decepción" ante la decisión tomada por National Express y ha señalado que no planteará una oferta alternativa en los próximos seis meses a no ser que se produzca un cambio significativo en las circunstancias actuales.
El pasado julio, National Express, que emplea a 43.000 personas en todo el mundo, anunció una pérdida en el primer semestre del año de 41,7 millones de euros, frente a la ganancia de 40,7 millones de euros del mismo período del año anterior.
Los números rojos estuvieron determinados por las pérdidas derivadas de la explotación de la franquicia ferroviaria East Coast, que enlaza Londres con Edimburgo y que fue nacionalizada a principios de ese mes ante las dificultades financieras de la compañía, cuya deuda neta ascendía a fecha 30 de junio a 977 millones de libras (1.089 millones de euros).