Méndez, Toxo y Díaz Ferrán están desnudos
Pocas respuestas para las preocupadas preguntas de los españoles tienen los sindicatos y la patronal. El espectáculo ofrecido anoche en Televisión Española fue francamente triste, especialmente el ofrecido por los líderes sindicales, empeñados en defender la política económica y social del presidente del Gobierno bajo el pretexto de defender la practicada por ellos mismos. Buen repaso de realidad. No había respuestas a por qué no están encerrados en una sala buscando una solución negociada a la crisis. Las dramáticas llamadas de atención de la ciudadanía evidenciaron que los agentes sociales están bastante desnudos, y que empieza a cundir la sensación pública de que son instrumentos inútiles para la sociedad, por mucha representatividad constitucional que se atribuyan. Deben cambiar de actitud ni no quieren ser arrollados por la oleada de la recesión.
Todos mostraron una natural disposición al diálogo, como si tal compostura fuese suficiente para justificar su pepel en la crisis; pero tras dos años acusándose de falta de disposición, y unos cuantos meses forzadamente sentados a una mesa en la que el Gobierno malarbitraba la situación, no hay nada. Nada. No hay un itinerario a seguir ni un rosario de sacrificos compartidos para recomponer una situación económica que se ha llevado por delante casi dos millones de empleos. "¿En qué están, si es que están, porque parece que no están?". Esa era la queja generalizada de la ciudadanía, para la que si tenían, faltaría más, una palabra de comprensión.
Equilibrios filosóficos se vieron obligados a ensayar tanto Toxo, secretario de Comisiones Obreras, como Méndez, líder de la UGT, para justificar porqué apoyaban a ojos cerrados la política de Zapatero. La respuesta de Méndez fue estrafalaria y desde luego impromia de un líder sindical europeo: "Porque existe el compromiso de que no sean los trabajadores los que paguen la crisis". Quién la está pagando, entonces, señor Méndez. ¿Los bancos?, que siguen acumulando beneficios como si sólo azotase una brisa ligera. ¿Las empresas?, que han despedido a casi dos millones de señores y señoras, y prácticamente sin coste. Los trabajadores, señor Méndez, los trabajadores que engordan las cifras de paro y precaridad, y que no tienen respuestas en los sindicatos porque callan mientras la crisis cercena sus proyectos de futuro.
Cuando un joven planteo la necesidad de practicar políticas de reparto de sacrificios como las alemanas, con significativas reducciones de sueldos para mantener el empleo, el líder de la UGT respondió que "lo hemos propuesto", olvidándose que sistemáticamente han mantenido demandas de alzas salariales, fuese la que fuese la situación de la empresa o sector en cuestión, porque, como comentó Toxo para defender una práctica insostenible bajo la lluvia ácida de la crisis, "es fundamental mantener el poder adquisitivo de la gente para la recuperación". La mejor manera de mantenerlo, señor Toxo, es asegurando el empleo. Lo saben hasta sus bases, que se lo han recordado recientemente ante la pasividad de sus comportamientos.