Al servicio de España a través de Galicia
Carmela Arias y Díaz de Rábago, presidenta de la Fundación Pedro Barrié de la Maza y presidenta de honor de Banco Pastor, ha fallecido a los 89 años. Una edad avanzada en una persona que todos recordaremos frágil y delicada de salud pero fuerte y audaz de pensamiento.
Con esta fecha se cierra toda una vida intensa, profunda y ejemplar, una vida de la que todos hemos extraído lecciones y seguiremos haciéndolo. No es fácil para mí escribir en unas pocas líneas todo lo que me sugiere, lo que recuerdo y lo que he vivido como amigo y becario de la Fundación que ella presidía.
Carmela siempre se consideró ante todo una simple seguidora de la obra de su marido, Pedro Barrié de la Maza. Aunque a lo largo de los años su aportación de ideas y esfuerzo al frente de la Fundación y el Banco fue constante y fructífera, cada vez que recibió una distinción o un premio, y fueron muchos, no admitió el mérito como propio, sino que lo remitió a su marido y a la entregada dedicación de todos los profesionales de estas organizaciones. "No es suficiente para envejecer haber vivido un número de años. En realidad, se envejece cuando se renuncia a los propios ideales", dijo, con su voz tenue pero convencida, a un grupo de estudiantes en 2002.
No puedo olvidar destacar su compromiso con Galicia ("servir a España a través de ella"). Nada de su tierra le era ajeno, como no lo había sido para su marido. Creía firmemente en la potencialidad de Galicia y sus gentes. De ahí partieron innumerables iniciativas de carácter educativo, investigador, cultural, económico y social, que han hecho de la Fundación Pedro Barrié de la Maza un referente en el mecenazgo.
Por último, todo su quehacer no puede explicarse sin tener en cuenta su personalidad, sustentada por una amplia visión del mundo y una religiosidad profunda ("humanismo cristiano", dijo ella al ingresar en la Academia Galega de Ciencias), fuente a su vez de valores que fundamentaron su vida: generosidad, austeridad, trabajo, sacrificio.
En 1994, al dirigirse a los accionistas de Banco Pastor dijo: "Nuestra cultura empresarial no puede conformarse con una ética de simple compromiso, ni es suficiente, en la mayor parte de los casos, el frío cumplimiento de la legalidad. Es necesario recuperar los principios éticos como un motor de los comportamientos empresariales".
Con la muerte de la Condesa de Fenosa, Galicia pierde de nuevo a uno de los "bos e xenerosos", hijos excelsos que dedicaron su vida a engrandecerla.
El autor fue presidente de la Xunta de Galicia entre 1987 y 1990. Ahora dirige Puertos del Estado