La entidad que agrupará Caja Canarias y CAN empezará a operar en 2010
La futura caja que nazca de la fusión entre Caja Canarias y Caja Navarra (CAN) tendrá sede en Madrid y podría comenzar a operar en el primer semestre de 2010 si recibe el visto bueno del Banco de España y se cumple el calendario que manejan las entidades.
Así lo anunciaron hoy el presidente de Caja Canarias, Álvaro Arvelo, y el director general de la CAN, Enrique Goñi, en una rueda de prensa conjunta para explicar su proyecto de fusión, que está abierto a la incorporación de otras entidades.
La fusión, que no ha requerido recursos ni del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) ni del Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) de las cajas de ahorros, dará lugar a la novena caja de ahorros de España por volumen de activos, unos 32.000 millones de euros.
"No descartamos la posibilidad de que se incorporen más cajas; claro que hemos estado hablando con otras, pero el proyecto que se presenta tiene consistencia, por lo que no son indispensables otras incorporaciones para hacer viable y eficiente el proyecto", explicó Goñi. "No hemos hecho algo que necesite perfeccionarse", agregó.
Según los responsables, el proyecto cuenta con "todas las ventajas de una fusión y ninguno de sus inconvenientes", ya que preserva la raigambre de las cajas, apegadas a su territorio.
Tres consejos de administración
A la pregunta de quién mandará en la caja resultante, explicaron que se mantendrán los respectivos consejos de administración de las entidades, y que se sumará un tercero para definir la estrategia a seguir, centrada en la capacidad de decisión de los clientes sobre la obra social, lo que denominan 'banca cívica'.
"No creemos que vaya a haber conflicto alguno (sobre el poder). Quien mandará será la profesionalidad", respondió el presidente de Caja Canarias, a lo que el director general de la CAN añadió que "los consejos son los mismos, no hay la creación de un holding extraño ajeno a los gestores".
La fusión no responde a la necesidad de paliar eventuales debilidades, sino a la voluntad de alcanzar una dimensión y capacidad mayores para afrontar los retos del nuevo escenario, que permita alcanzar más capacidad de financiación en los mercados mayoristas y garantice la liquidez y la solvencia.
Asimismo, la fusión permite reducir costes a través de la integración de los servicios centrales, sin que las entidades tengan previsto recortar el número de oficinas o las plantillas. "No hay solapamientos, estamos en mercados territoriales diferentes. No contemplamos que sobre nadie, es más, prevemos que necesitaremos muchos brazos", indicó Goñi.
Nueva marca central
La concentración permite además diluir los riesgos asumidos y supondrá la creación de una nueva marca central que exprese la estrategia compartida de la banca cívica bajo un solo grupo económico y contable. "La marca será un apellido de nuestras cajas en las zonas de origen", puntualizaron.
Respecto a si la integración entre dos cajas de ahorros en buena situación es una fórmula de evitar tener que participar en la reordenación del sistema financiero 'salvando' a alguna entidad más débil, los responsables descartaron de plano la hipótesis. "En absoluto", atajaron.
La entidad resultante estará sometida a una supervisión única -y no individualizada- por parte del Banco de España que, según los responsables, ha recibido "bien" el proyecto, a falta de conocer todos los detalles, porque responde a su visión sobre la necesidad de reestructuración.
Sobre la posibilidad de que los bancos puedan comprar participaciones del 'holding' e integrarse en él, explicaron que "no está contemplado en absoluto", porque en esencia la pertenencia corresponde a cajas de ahorros.
Tampoco figura en su proyecto la salida a bolsa, aunque se trata de una posibilidad que podría servir de instrumento para contar con más capital. "Ahora no nos lo planteamos, éste no es un proyecto que mire a la bolsa, pero nace sin complejos ante instrumentos de capitalización", puntualizó Goñi.