Telefónica firma la paz con Argentina y retira su demanda en el Banco Mundial
La última empresa española que mantenía su pulso multimillonario contra Argentina por los efectos de la pesificación y la congelación de las tarifas de 2002 ha firmado la paz. Telefónica ha retirado su denuncia ante el tribunal internacional de arbitraje del Banco Mundial, con lo que renuncia a los 1.900 millones que pedía de indemnización.
Han sido siete años de proceso en los tribunales, pero el resultado es prácticamente nulo. Y lo es hasta el punto de que Telefónica ha preferido hacer un gesto al Gobierno de Cristina Fernández y poner fin al conflicto. La consecuencia es que la última empresa española que mantenía su denuncia contra Argentina ante el tribunal internacional de arbitraje del Banco Mundial (Ciadi) por el impacto de la pesificación de la economía en 2002 y la congelación de las tarifas lo ha retirado.
Con este movimiento, Telefónica renuncia a los 2.800 millones de dólares -unos 1.900 millones de euros al tipo de cambio actual- que pedía como compensación por los daños producidos. En estos momentos, fuentes de la operadora consideran que existen mejores vías para defender los intereses de sus accionistas antes que eternizarse en un proceso que, visto el resultado, no estaba funcionando.
De hecho, el objetivo de Telefónica con la retirada de la denuncia es que se ponga en práctica el acuerdo al que se llegó en 2006, cuando la española y el Gobierno argentino firmaron una carta de entendimiento. A cambio de inversiones y de mantener el grueso de las tarifas, Telefónica consiguió el compromiso de renegociar los precios de cara al futuro, con la posibilidad de lograr subidas inmediatas en algunas cuotas.
La compañía espera llegar a un acuerdo para reestructurar sus precios
Pero los resultados de esa carta de entendimiento han sido nulos y la compañía espera que el fin del conflicto judicial ayude a que se ponga en marcha el acuerdo. Pese a ello, Telefónica quiere dejar constancia de que eso no significa que renuncie a su derecho a defenderse en los organismos internacionales, incluido el Ciadi, en caso de que las negociaciones no fructifiquen.
La retirada de la demanda se formalizó el 24 de septiembre, cuando el tribunal encargado del caso firmó la conclusión del proceso por acuerdo entre las partes, según consta en el registro del Ciadi. Sin embargo, los contactos con el Ejecutivo de Cristina Fernández para llegar a un acuerdo extrajudicial que pusiera fin al pleito comenzaron en primavera.
La renuncia a proseguir la vía judicial se produce en un momento de tensión en el sector de telecomunicaciones. La entrada de Telefónica en el capital de Telecom Italia ha provocado una airada reacción de las autoridades argentinas, que han dado a la italiana un año de plazo para que abandone el capital de Telecom Argentina, donde controla un 50%. La razón de esta decisión es la supuesta restricción de la competencia que se produce al ser Telefónica la dueña de la principal competidora de Telecom Argentina y pertenecer a la vez al grupo de control de Telecom Italia.
Varias fuentes aseguran que el objetivo último del Gobierno argentino es conseguir que los compradores de la parte de Telecom Italia sean empresarios locales y hacer de Telecom Argentina una operadora nacional. Esta sociedad estaría llamada a competir con Telefónica.
En este escenario, la española ha decidido hacer un gesto al Gobierno, como antes hicieron Endesa y Gas Natural. Estas dos compañías -o sus filiales locales- apelaron al Ciadi por la congelación de tarifas, pero en 2005 retiraron las demandas, tras las negociaciones de ambas con el Gobierno para elevar los precios de los servicios públicos.
Telefónica, sin embargo, resistió. Las conversaciones para que los precios de la telefonía recuperaran los valores previos a la crisis de 2002 han terminado sin acuerdo una y otra vez, así que la operadora ha decidido mantener su denuncia para dar fuerza a su postura. Hasta ahora.
Al margen del nuevo impuesto brasileño
Brasil aprobó ayer un impuesto contra la especulación. En un intento de enfriar la economía, el real y la entrada de capitales extranjeros, el país gravará con un 2% las compras extranjeras de acciones y de instrumentos de renta fija.La noticia no es una sorpresa, ya que Brasil llevaba semanas pensando en una acción de este tipo, pero se produce justo cuando Telefónica está inmersa en una opa por una sociedad brasileña, la operadora GVT. A falta de conocer la letra pequeña del nuevo impuesto, el hecho es que Telefónica busca comprar las acciones de esta compañía y para ello ha realizado una oferta a 48 reales por título.Sin embargo, la empresa titular de la oferta no es Telefónica, sino su filial brasileña Telesp, así que no se puede considerar una compra de una empresa extranjera.La española, por tanto, quedaría al margen del impuesto, algo que no está tan claro que le suceda a Vivendi en caso de que lance una contraopa, ya que la francesa es una empresa extranjera y no tiene ninguna filial que haga la oferta por ella. En todo caso, es muy posible que la toma de control de una compañía quede fuera del ámbito de aplicación del impuesto.Por otra parte, Telefónica recibió ayer una buena noticia en su puja por GVT, ya que el ministro de Comunicaciones de Brasil aseguró en una entrevista que la unión de las dos empresas no perjudicaría a la competencia.