Figueruelas debe negociar
El comité de empresa de la factoría de Opel en Figueruelas convocó ayer cuatro días de huelga para forzar a su futuro propietario, Magna, a renegociar su plan de viabilidad. El pasado viernes la multinacional austrocanadiense presentó un plan de 8 puntos que plantea el mantenimiento de las dos líneas de producción, compromete inversiones y exige un recorte de 1.332 despidos. Pero para los sindicatos no es aceptable, especialmente porque sólo han concretado los volúmenes de producción. Sin embargo, el documento deja en el aire las inversiones futuras -que garantizan la viabilidad de la planta- o la continuidad de la sección de prensas.
Los trabajadores juegan sus bazas para obligar a los inversores a seguir negociando -hoy está prevista una nueva reunión-, pero la huelga es una medida extrema a utilizar con muchísima responsabilidad. Los paros llegan en un momento delicado, con las ventas en aumento. No obstante, la factoría acaba de aprobar un nuevo expediente de regulación de 151 días para 600 personas. El Gobierno español y el aragonés, que se está mostrando muy activo, deben intermediar eficazmente para que las negociaciones se completen. El acuerdo es la mejor forma de preservar la factoría zaragozana, que hasta ahora ha demostrado su competitividad y su responsabilidad.