Una nueva estructura de negociación
El fracaso de la última etapa del diálogo social en el contexto de profunda recesión económica evidencia que tanto la evolución del modelo productivo como del modelo de competitividad empresarial en España han entrado asimismo en crisis, lo cual tiene enormes repercusiones en el ámbito laboral.
A pesar de este fracaso, y debido a los problemas derivados de la ausencia de acuerdo, el proceso que conduce a la recuperación económica y del empleo debe basarse en el diálogo social bipartito y tripartito, como el mejor instrumento que tenemos para enfrentar esta adversa coyuntura. Por ello queremos retomar la iniciativa para configurar un sistema de relaciones laborales que contribuya al crecimiento económico, al mayor peso de la economía productiva y al empleo de calidad.
En este sentido, la centralidad del sistema de negociación colectiva es evidente. Frente a las propuestas empresariales que apuestan por aumentar la flexibilidad externa a través de un nuevo contrato laboral que simplifica y abarata el despido, los sindicatos apostamos por la flexibilidad interna en la empresa, gobernada entre sindicatos y empresarios desde el seno de la misma y desde los sectores productivos frente a la flexibilidad externa. Sin embargo, la condición indispensable para tal flexibilización es la participación sindical, sin cuyo concurso nos encontraríamos ante situaciones que poco o nada tienen que ver con la regulación colectiva de condiciones de trabajo y salario, es decir, con la desregulación laboral.
La mayor presencia de los intereses de los trabajadores, no sólo en el reparto de la riqueza generada en la empresa, sino también en las decisiones sobre la organización del trabajo y la actividad, permiten que el marco de actuación empresarial esté presidido por otras motivaciones distintas a las del rápido enriquecimiento.
La generación de confianza entre todos los que hacen posible que una empresa funcione y la búsqueda de intereses colectivos amplios, con reconocimiento de la participación sindical y el avance de los derechos sindicales, constituyen la mejor garantía para que el proyecto empresarial consiga sus objetivos y funcione con criterios de mayor equidad, justicia social y sostenibilidad económica.
Las buenas formas de crecimiento de las economías fundadas en el aumento y calidad del empleo, aumento de habilidades y en el valor por hora trabajada, son las mejores herramientas para las organizaciones que buscan un alto grado de fortaleza y sostenibilidad. Para ello, lograr una mayor implicación del sindicato en la empresa y en la organización del trabajo, junto a una mayor inversión en innovación y desarrollo tecnológico, llevaría aparejado un incremento de la productividad muy necesario para garantizar una mayor capacidad competitiva de nuestros bienes y servicios.
La reforma para la mejora de la coordinación del sistema de negociación colectiva es fundamental, y en este sentido, reiteramos la disposición de CC OO a participar en el debate sobre una posible reforma de la negociación colectiva en España. Reforma que, desde nuestro punto de vista, debería afectar fundamentalmente a la estructura de la negociación, articulación, concurrencia y sujetos legitimados, con el objetivo de conseguir una mayor simplificación de los mismos y optimizar los recursos destinados a garantizar la plena y correcta aplicación de lo acordado.
La negociación colectiva debe superar deficiencias y ganar eficacia, y para ello es necesario impulsar los ámbitos sectoriales de negociación, como así se ha reconocido en los criterios acordados en los sucesivos acuerdos interconfederales.
Mejorar y reforzar la estructura, la articulación y la cobertura de la negociación colectiva son medidas orientadas a evitar la fragmentación y la dispersión actuales, a la vez que es necesario garantizar el mantenimiento o mejora moderada del poder adquisitivo de los salarios de las trabajadoras y trabajadores, así como la mejora de las condiciones de empleo y seguridad, la organización equilibrada de los tiempos de trabajo, el avance en los derechos de igualdad efectiva entre mujeres y hombres, el desarrollo de la formación permanente, de la cualificación y desarrollo profesional, entre otras condiciones de trabajo.
Ramón Górriz Vitalla. Secretario de Acción Sindical de CC OO