El FMI se postula como banco central con un gran fondo de reservas anticrisis
El director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, pidió ayer en Estambul el refuerzo de las funciones de este organismo. A la vista de la situación creada por la crisis, el ex ministro francés abogó por el establecimiento de unas reservas de uso casi incondicional dentro del Fondo para evitar que se vuelvan a repetir los desequilibrios de la última década.
La crisis actual tiene "poco que ver con cuentas corrientes y movimientos de divisas, el foco tradicional de atención del Fondo", dijo ayer Strauss-Kahn, en su discurso en la reunión anual de este organismo y el Banco Mundial. Según este diagnóstico, y dada su posición, el ex ministro francés de Finanzas, afirmó que era el momento de "ampliar el mandato" del Fondo. Acto seguido, Strauss-Kahn dijo que era necesario crear una dotación de capital abierta para los países que la necesiten con el objetivo de reducir la obligación de que se mantengan grandes reservas como ha ocurrido hasta ahora. Sería como replicar algunas de las tareas de un gran banco central.
Strauss-Kahn, aludió a la necesidad de apoyarse en el éxito de la "Línea de Crédito Flexible" y "proporcionar seguridad a más países". Esta línea de crédito, creada el pasado mes de marzo, es un préstamo sin condiciones, algo que nunca hasta ahora ha estado en la línea de un Fondo que en el pasado ha sido acusado de imponer unos requisitos muy gravosos socialmente cuando ha ayudado a los países. Según este organismo, esta línea de crédito se abre a países con fundamentos económicos sólidos y su objeto es actuar para prevenir una crisis. El primero en recibir ayuda con esta nueva herramienta fue México que en abril abrió solicitó una línea de préstamo de forma cautelar por 47.000 millones de dólares (unos 32.000 millones de euros al cambio actual).
Según Strauss-Kahn, la ausencia de una herramienta como ésta, en condiciones no críticas, ha llevado a que muchos mercados emergentes se autoaseguren con reservas lo que ha contribuido a la "inestabilidad y ha dado lugar a los desequilibrios globales" que han complicado la crisis.
Presión brasileña
Brasil, uno de los países cuya economía está emergiendo con más fuerza, ha dicho que solo apoyará este plan si el acceso a los fondos es inmediato e incondicional. El país también demanda un aumento de su cuota de participación en el Fondo, algo que apoya el G-20 y Strauss-Kahn quien ayer pidió a los países miembros del FMI una rápida toma de posición para transferir el 5% de cuota a países infrarrepresentados con economías dinámicas.
Brasil es uno de los países que en el pasado ha tenido que lidiar con las consecuencias sociales de unas duras condiciones dictadas por el Fondo. En la misma situación se ha encontrado Argentina en el pasado reciente, un país que desde 2006 rechaza incluso que el FMI haga el examen anual de su situación económica, el llamado Capítulo IV, como hace con el resto de los socios de esta organización.
Las discrepancias con el FMI son algo habitual. Ayer, la vicepresidenta económica del Gobierno, Elena Salgado, dijo que no coincide con los pronósticos del FMI para la economía española y aseguró que el país volverá a crecer en el primer semestre de 2010. El FMI se ha mostrado muy pesimista con la situación económica de España, un país que tardará más que el resto en recuperar el pulso económico.
Según Efe, Salgado dijo que al FMI le faltan datos en su análisis pues no cuenta con que los exportadores han mantenido su cuota de mercado, pese a que los volúmenes han caído, como en el resto del mundo, y que ya se ha producido un ajuste importante en el sector de la vivienda. La vicepresidenta aseguró que el déficit estará por debajo del calculado por el Fondo y que este organismo no ha tenido en cuenta la reciente subida de impuestos para hacer sus previsiones.
Un muerto y cien detenidos en Estambul
Una persona falleció ayer, presumiblemente de un ataque cardiaco, durante las manifestaciones que se organizaron en Estambul para protestar por la celebración de la Asamblea Anual del FMI en la ciudad. La policía usó cañones de agua y disparó gases para dispersar a los manifestantes reunidos en la plaza de Taksim. Algunos bancos resultaron dañados y cerca de un centenar de personas fueron detenidas.