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Tribuna
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Cuentas no creíbles, medidas insuficientes

El Gobierno ha presentado en el Congreso de los Diputados un proyecto de Presupuestos para el año 2010 en el que estima que los ingresos tributarios crecerán un 7,7%, como consecuencia del aumento de la recaudación del impuesto sobre la renta y del fuerte crecimiento (26%) del IVA. Igualmente, prevé que el gasto público crecerá un 17,3% sobre lo presupuestado para 2009, estimando que el déficit presupuestario quedará en un 5,4% del PIB.

Por el lado de los ingresos, vemos que es difícil de creer que la recaudación de impuestos crezca lo presupuestado, en un año en el que la previsión de crecimiento es negativa, y el Gobierno reconoce un descenso del consumo privado y de la inversión. Aun cuando con la subida de impuestos que se quiere aprobar se consiga el incremento de ingresos de 6.500 millones que desea el Gobierno, será muy difícil alcanzar las cifras que indica el Presupuesto.

Por el lado de los gastos, dado el continuo crecimiento del paro, es de prever que los gastos sociales vuelvan a crecer más de lo esperado, como está ocurriendo en 2009. En este año se está produciendo una desviación de más del 20% entre los gastos presupuestados y los que se están liquidando.

Independientemente de la falta de credibilidad de los Presupuestos, las medidas que se están tomando son totalmente insuficientes y no servirán para solucionar los problemas que actualmente tiene la economía española, pues no se toman medidas que contribuyan a crear empleo, que aumenten la competitividad de las empresas, que disminuyan el déficit comercial o que reduzcan drásticamente el déficit público.

Si analizamos las medidas fiscales que se pretenden aprobar, vemos que podrían calificarse como correctas si se complementan con otras medidas. La eliminación de la deducción de 400 euros en el IRPF es correcta, pues nunca debió aplicarse, dado que es regresiva, incrementó el déficit y no sirvió para fomentar el consumo. La segunda medida, la bajada de 5 puntos en el impuesto de sociedades para pymes, también es correcta, aunque debería aplicarse también a las empresas que se comprometan a crear empleo en años futuros, aunque en 2010 no lo hagan, pues en el próximo año muchas pequeñas empresas aún no habrán salido de la crisis y no parece correcto penalizarlas con más impuestos que a las que ya se han recuperado. La tercera medida, que consiste en la subida del tipo de gravamen de las rentas de ahorro, muchos ahorradores van a poder eludirlas, bien a través de los fondos de inversión o bien a través de las Sicav.

La única medida fiscal controvertida es la subida del IVA, a partir de julio, y nos parecería correcta si va acompañada de una rebaja de las cotizaciones sociales. Esta medida evitaría la subida de precios, al reducir la empresa sus costes, y haría más competitivos nuestros productos en el exterior, dado que las exportaciones se realizan sin IVA. Esta medida, al aumentar la competitividad de las empresas, se traduciría en más actividad y por lo tanto en más empleo.

La rebaja de cotizaciones debería ir acompañada de otras medidas, como la eliminación de algunas de las múltiples bonificaciones que existen en los contratos de trabajo, que apenas sirven para crear empleo y suponen un coste importante para la Seguridad Social. Igualmente, debería modificarse el mercado de trabajo para incentivar a las pymes a crear empleo, tal y como defendió, meses antes, el actual secretario de Estado de Economía.

Por último, como cualquier familia, o cualquier empresa, el Estado debe reducir drásticamente los gastos corrientes y fomentar la inversión real y la investigación, que es la mejor manera de crecer y crear empleo. En estos Presupuestos ocurre justo al revés, los gastos no productivos aumentan considerablemente y la inversión real disminuye.

Marcos Herrero. Asesor fiscal y director de Marcos Herrero y Asociados

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