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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Peligro de desertización tecnológica

Europa corre el riesgo de convertirse en un desierto tecnológico, en el que no se fabricará casi nada relacionado con esa industria. La UE se está quedando peligrosamente atrás frente a EE UU y los países del sureste asiático. Esa advertencia de la patronal Asimelec es más preocupante si Europa no es capaz de valorar correctamente el peso de las TIC como dinamizadoras de otros sectores.

Y lo peor es que esa posición de inferioridad se agrava. El gigante estadounidense Cisco acaba de comprar la noruega Tandberg, especializada en el negocio de videoconferencias y una de las referencias tecnológicas europeas. Es sólo un ejemplo. Ahora este campo estará dominado por Cisco y la también estadounidense Polycom.

Negocios tecnológicos tan importantes como el de los ordenadores están liderados por grupos estadounidenses, como HP y Dell, o asiáticos, como Acer, Toshiba o Asus. En los servidores mandan HP, IBM o la japonesa Fujitsu. En los sistemas operativos, el líder indiscutible es Microsoft. En internet, casi todos los grandes son de EE UU: Google, Microsoft, Yahoo, Amazon, Ebay… Y todo ello mientras Apple marca tendencias en el entretenimiento.

¿Dónde queda Europa? El Viejo Continente hace honor a esta poco estimulante denominación y sólo mantiene una posición de relevancia en el software de gestión empresarial y en los móviles. En el primero, con la alemana SAP, que insistentemente aparece como objetivo de opa por algún gigante extraeuropeo. En los móviles, gracias a la finlandesa Nokia, todavía líder mundial -con un 36,8% de cuota en terminales-, pero bajo fuerte presión de grupos norteamericanos, como Apple o RIM, y asiáticos, como Samsung o LG. Sólo en este campo del móvil, concretamente en las infraestructuras celulares, destaca la presencia europea gracias a Ericsson, Nokia Siemens o Alcatel-Lucent.

La desertización tecnológica es un grave peligro que lleva la economía a la sequía. Por eso es imprescindible que los Gobiernos europeos establezcan un marco que la evite. Y este tiene que basarse en potenciar sin fisuras una I+D+i con un enfoque práctico. En este sentido, en España, el proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2010 envía señales inquietantes. Si es un acierto el impulso previsto a los programas destinados a mejorar la base tecnológica de las empresas y a impulsar la transferencia de tecnología del sector público al privado, todo lo contrario significa el recorte en las partidas destinadas precisamente a I+D+i. La mayor parte de la poda prevista es en programas de investigación científica y técnica, sanitaria y energética, desarrollados tradicionalmente por organismos autónomos y universidades, que van a sufrir un importante tijeretazo. Porque un país, o un conjunto de países como la UE, que no prima a sus investigadores es que renuncia a avanzar.

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