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El melón fiscal, ni abierto ni cerrado

Se puede discutir más o menos sobre el viaje, pero es indiscutible que sobraban alforjas. La subida de impuestos es una simple alza del IVA, la retirada de una medida de dudosa utilidad como los 400 euros, y un insustancial repunte en el gravamen del capital. Con una caída de la recaudación del 20% hasta julio, era de esperar.

Es discutible la fecha de la puesta en marcha de los impuestos. Numerosos fiscalistas argumentan que se podría haber retrasado hasta que la recuperación esté más encarrilada. Pero posiblemente los efectos de una subida del IVA se hayan sobrevalorado. Alemania elevó tres puntos el IVA en enero de 2007. Ese primer trimestre el consumo privado cayó un 2,3%, pero el último trimestre de 2006 subió el 1,5%, y el segundo de 2007 subió el 0,7%. El efecto más notable fue que el consumo de artículos de consumo duradero se adelantó unos meses. En España, el alza del IVA es inferior, de dos puntos para el normal (del 16% al 18%) y de uno para el reducido (del 7% al 8%).

Otra cuestión es si se podría hacer una reforma de mayor calado. No se ha hecho, ya sea por falta de voluntad, de imaginación, por debilidad parlamentaria o las tres cosas a la vez. En cualquier caso, no habría sido mala idea, una vez abierto el melón del debate público. Cuando llegó al PSOE al Gobierno se planteó la idea del tipo único para sociedades, rentas del capital y del trabajo, concepto que barajaba Miguel Sebastián. La neutralidad impositiva puede ser la mejor forma de progresividad, pues la proliferación de normas sólo beneficia a quienes tienen mejores asesores. Aun lejos de esta idea, hay un amplio abanico de posibilidades para la reforma fiscal, empezando por la costosa deducción por compra de vivienda.

Pero no se trataba de eso. Como sucedió con la reforma que planteó Merkel en 2006, se trata de recaudar, y el IVA es lo más sencillo y menos doloroso. A pesar de ser una medida regresiva. La duda es por qué no se planteó así de entrada.

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