Una nueva banca minorista
Es difícil entrar en el cerrado mundo de la banca minorista. Con la caída en desgracia de los depósitos al por mayor, los nuevos participantes habitualmente sufren escasez de un importante activo bancario: la confianza del consumidor.
Tomemos el ejemplo de Reino Unido. La confianza, junto con la inercia, ayuda a mantener casi todos los depósitos en las manos de los cuatro gigantes: Lloyds, Royal Bank of Scotland, Barclays y HSBC. Tradicionalmente, los clientes de banca al por menor era más probable que se divorciaran que a cambiar de banco. Esto permitió a los grandes mantener tipos de depósito bajos, y verse forzados a ofrecer altos tipos a los nuevos clientes para conseguir fondos. Pero la crisis puede haber cambiado las cosas.
Los depositantes que leen los alarmantes titulares podrían ser más propensos a irse a cualquier otro lado. Hay una oportunidad para marcas que tienen ya confianza. En Reino Unido, Tesco, que tiene ya experiencia en servicios financieros, y Virgin, que ha tenido más dificultades. Ambos están planeando empezar a competir por depósitos el año que viene.
Estas compañías de consumo tienen una ventaja competitiva -saben de marketing-. En realidad, el ex ejecutivo del supermercado Andy Hornby fracasó en el control de los préstamos cuando estuvo en HBOS. Pero el creciente negocio de los depósitos requiere más marketing que experiencia financiera. Así tiene sentido que Tesco Personal Finance esté presidido por Andrew Higginson, que no tiene una extensa experiencia bancaria. Y que Société Générale acabe de nombrar al antiguo jefe de la cadena de supermercados Monoprix, el español Bernardo Sánchez Incera, como vicepresidente ejecutivo.
La Comisión Europea podría ayudar a los nuevos participantes. Necesita aprobar programas de ayuda en 30 bancos europeos y forzará mucho el recorte de la cuota de mercado como un quid pro quo. Adquirir rápidamente miles de millones de libras en depósitos daría al instante un nuevo equilibrio, y ayudaría a crear un panorama muy diferente de la banca minorista.
Por George Hay