Cuidado con el exceso de confianza
Fernando Martínez - 18/09/2009
Los índices bursátiles de todo el mundo hacen cada día un nuevo máximo anual. En España, en el Ibex 35 se habla de alcanzar los 12.000 puntos -un nivel perdido en agosto de 2008- como de una batalla ya ganada. En EE UU, el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, acaba de certificar el fin de la recesión. El optimismo se abre camino.
De la misma manera, la urgencia por refundar el capitalismo ha dejado ya de ser tan perentoria. Cuando la tormenta se abatía sobre la Tierra, hace exactamente un año, todo el mundo convino en que el exotismo financiero se había salido de madre y que era imprescindible meterlo en vereda. El principio de que el mercado sabe cuidar de sí mismo mejor que nadie quedó ruidosamente en entredicho. Desde EE UU y desde la UE se hicieron públicas iniciativas para poner luz y taquígrafos al mercado OTC (Over The Counter), un negocio de inversión diseñada a medida que mueve a escala global una cantidad equivalente a la friolera de 600 veces el PIB de España.
Ahora que el vendaval escampa, las fuerzas entre los partidarios de regular y las tropas del hooliganismo capitalista se igualan. Desde la City ya han levantado la mano y han dicho "un momento". Los países del G-20 se reunirán en Pittsburgh (EE UU) la semana que viene y sobre la mesa estará una propuesta para controlar los bonus de la banca, cuyo incentivo a la codicia está en el germen de la crisis, y vincularlos al riesgo asumido. Está por ver cómo sale adelante esta idea.
La intención de poner puertas al campo de la innovación financiera se ha topado con fuertes voces en contra. La buena salud de la Bolsa anima a los amigos del status quo. Tras la Gran Depresión de los años 30 se tomaron medidas legislativas para garantizar que algo como el crac de 1929 no volvería a repetirse. Con el tiempo, la regulación fue relajándose. En los ochenta, Ronald Reagan se encargó de liquidar los últimos vestigios de la moderación. Habrá que estar atentos.