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Cumbre internacional

El Banco Mundial insta al G-20 a actuar para reducir la factura de la crisis en los países más pobres

El Banco Mundial (BM) alertó hoy de que la crisis podría tener "serias repercusiones" para países pobres como Guatemala y Honduras e instó al G-20 a actuar para reducir el impacto de las actuales turbulencias globales sobre los más débiles.

Robert Zoellick, presidente del BM, subrayó, en ese sentido, que la reunión de jefes de estado del G-20 que tuvo lugar en Londres en abril pasado fue una cumbre para "el sector financiero".

"æpermil;sta", dijo Zoellick en rueda de prensa telefónica en referencia a la cumbre de Pittsburgh (Pensilvania) que se celebrará la próxima semana, "debería de ser una cumbre sobre una globalización responsable".

El directivo del BM hizo alusión a las conclusiones de un informe del organismo divulgado hoy que dice que pese a las señales incipientes de recuperación en la economía global, más de 40 países pobres todavía sufren las consecuencias de la recesión mundial.

El estudio destaca que la crisis hará que 89 millones de personas adicionales caigan en la pobreza extrema, lo que implica vivir con menos de 1,25 dólares diarios, para finales del 2010.

Además, la recesión global ha puesto también en riesgo inversiones por valor de 11.600 millones de dólares en áreas como educación, salud, infraestructuras y protección social para los países más vulnerables, según el BM.

"Puede que los países más pobres no estén bien representados en el G-20 pero no podemos ignorar el costo a largo plazo de la crisis global en la salud y educación de su gente", dijo hoy el presidente del BM, Robert Zoellick.

El análisis del Banco Mundial pide la acción coordinada del G-20 en áreas como la agricultura, así como el apoyo del grupo a las pequeñas y medianas empresas.

El informe solicita al G-20 (integrado por países desarrollados y en desarrollo) que respalde la promesa realizada por el G-8 durante su cumbre de julio en Italia de entregar 20.000 millones de dólares para el desarrollo agrícola.

El Banco Mundial considera necesario que en Pittsburgh se ultimen los detalles de cómo se alcanzará ese compromiso y cómo se evaluarán los resultados y la eficacia de la ayuda.

El organismo considera además, que el G-20 debería de respaldar de forma activa las iniciativas para incrementar la financiación a las pequeñas y medianas empresas.

El estudio señala que la crisis ha reducido las exportaciones de los países más pobres, que se espera caigan entre un cinco y un diez por ciento este año.

Además, se prevé que los flujos privados de capital a esos países disminuyan hasta los 13.000 millones de dólares este año, frente a los 21.000 millones del año pasado.

A eso hay que sumar los menores flujos de remesas, algo que se espera tenga "serias repercusiones" en países como Guatemala, donde el número de pobres podría incrementar en 125.000 y en Honduras, donde la cifra podría crecer en 68.000.

El Banco Mundial anticipa que los flujos de remesas hacia los países de ingresos bajos caigan entre un cinco y un siete por ciento este año y que empiecen a recuperarse ligeramente en el 2010.

Otro de los legados negativos de la crisis para el mundo pobre es el impacto sobre el turismo sobre todo en los estados-isla, que dependen mucho de las divisas y los puestos de trabajo que generan las visitas de extranjeros.

El turismo cayó un ocho por ciento a nivel mundial entre enero y abril de este año, según los datos del Banco Mundial.

El G-20 está integrado por la Unión Europea, el G-7 (EE UU, Canadá, Japón, Alemania, Reino Unido, Italia y Francia) y Corea del Sur, Argentina, Australia, Brasil, China, India, Indonesia, México, Arabia Saudí, Suráfrica, Turquía y Rusia.

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