'Tina' cabalga de nuevo
Reino Unido tiene este otoño el aire triste de los años setenta. Gordon Brown, a la defensiva por los enormes déficits, está a punto de dirigirse a los sindicatos. El partido tory en la oposición -y probable nuevo Gobierno- ha clamado por reducciones considerables en el gasto público. Los sindicatos se están resistiendo duramente, advirtiendo de que el desempleo se elevará hasta los 4 millones y los británicos pueden sufrir una recesión de doble profundidad.
El problema para Brown y Reino Unido es que tanto tories como sindicatos tienen razón. El gasto público necesita ser rebajado drásticamente. Y las consecuencias para la economía van a ser sangrientas.
Tina, abreviatura de this is no alternative (no hay alternativa), fue una frase asociada con las severas políticas de Margaret Thatcher, la primera ministra británica durante la recesión de los años ochenta. Tina debe ahora cabalgar de nuevo. El déficit presupuestario de 175.000 millones de libras (200.000 millones de euros) es un peligroso 13% del PIB. Esto no es sólo un reflejo de los rescates bancarios y de una quiebra temporal. Es un déficit estructural establecido durante años de incrementos del gasto financiado por fuertes ingresos de transacciones inmobiliarias y bonus de la City.
El empleo público fue el mayor beneficiario de un atracón sostenido del gasto. Desde 2002, cuando el Partido Laborista de Brown empezó a incrementar sustancialmente el gasto, el empleo público ha aumentado en 549.000, hasta su total actual de 6 millones. Alrededor de un tercio de esta subida refleja la nacionalización de las instituciones financieras. Los incrementos reales han sido en sanidad, educación y policía.
Las decisiones presupuestarias a las que se enfrenta Brown o su sucesor serán dolorosas. Brown puso la salud y la educación en primer plano, apuntando a una nación más saludable y mejor educada. Los sindicatos tienen razón al decir que los recortes incrementarán aún más el desempleo y exacerbarán el riesgo de que Reino Unido encabece al vuelta hacia la recesión. Pero el recorte puede tener que empezar con el actual Gobierno. "Hay claramente un peligro de que los inversores se asusten", dijo en enero el Instituto de Estudios Fiscales. Los inversores pueden ya haberlo hecho.
Tina vuelve, guadaña en mano. Como en los ochenta, el dolor será profundo.
POr Ian Campbell