Cómo vacunar las empresas contra la gripe A
Desde el principio de verano, la gripe A H1N1 se considera una pandemia a nivel mundial (nivel de alerta 6) cuyo efecto en la cadena de valor de las empresas, desde sus proveedores hasta sus clientes, pasando por sus recursos internos, puede ser muy grave.
En primer lugar, podría tener consecuencias directas, como la subida del absentismo hasta niveles del 30%, o mayores en caso de cierre de las escuelas por la evidente dependencia de los menores. Además, el impacto sobre nuestros proveedores podría acarrear la falta de abastecimientos, sin olvidar el potencial impacto sobre el transporte de personas y mercancías o los servicios externalizados por la compañía como limpieza, mantenimiento o gestión de servicios informáticos.
Ante esta situación es innegable la necesidad de que las empresas tomen medidas y prevenir las consecuencias de esta enfermedad. Capgemini Consulting recomienda articular un plan de contingencia contra pandemia en torno a tres ejes: protección de las personas, de los procesos y del centro de trabajo.
La protección de las personas conlleva elaborar un procedimiento de conducta y un plan de vacunación siguiendo las recomendaciones de las autoridades sanitarias. Además, es importante definir un plan de sustitución de recursos clave, con recursos internos o externos, incluyendo las medidas rápidas de formación para poder sustituir los puestos más relevantes.
No menos importante es disponer de un plan de teletrabajo, que incluya la identificación de los puestos en modo teletrabajo y la preparación de los recursos técnicos para llevarlo a cabo. Algunos bancos ya tienen identificados los puestos susceptibles a migrar en modo teletrabajo y han desarrollado las infraestructuras tecnológicas necesarias para disponer de parte de su plantilla trabajando desde su casa. Además, es importante flexibilizar los horarios laborales reduciendo así la dependencia de los transportes públicos y poder contar con horas extras de los recursos disponibles.
Ante una pandemia, una empresa tiene que proteger sus procesos de negocio esenciales. Para ello, se identifican los procesos de negocio con un impacto directo e inmediato sobre su actividad. Una vez analizados dichos procesos imparables, se definirán sus dependencias de recursos internos, clientes y proveedores, que tendrán planes de protección definidos y actualizados.
Adicionalmente, se elaborarán planes de comunicación con clientes en caso de no poder mantener contacto físico definiéndose alternativas de prestación del servicio. La protección de los procesos clave incluye una salvaguarda de los documentos esenciales de la empresa para posibilitar su acceso desde diferentes canales.
El centro de trabajo, aunque no esté directamente amenazado por la pandemia, será clave en el desarrollo del plan de contingencia. Deberá constituirse un grupo de acción contra la pandemia, responsable de definir, implementar y actualizar los principales planes de continuidad.
Entre estos planes destaca, por un lado, un plan de higiene en el centro, dotándolo de los materiales necesarios según las recomendaciones de las autoridades sanitarias (productos para la higiene de las manos, mascarillas, pañuelos desechables y papeleras para tirarlos). Por otro lado, un plan de comunicación específico contra la gripe A, dedicado tanto a la prevención como a la actuación ante los diferentes grados de la pandemia, a través de la disposición en el centro de trabajo de recursos necesarios (trípticos) de manera que los empleados dispongan de la información básica.
En tercer lugar, es importante definir un plan de difusión entre los empleados del plan de contingencias contra la pandemia en función de su nivel de alerta. El grupo de trabajo deberá liderar un plan de acondicionamiento del centro de trabajo con los mecanismos de comunicación necesarios (mejoras de infraestructuras, sistemas de información, etcétera).
En conclusión, la pandemia por gripe A es una realidad reconocida a nivel mundial por Gobiernos y organismos internacionales. Sus efectos se han hecho notar ya en las economías de algunos países, como es el caso de México, donde con tres semanas de paralización de la vida pública se ha tasado el impacto en el 0,5% del PIB.
Aislarse por completo y evitar los efectos de la pandemia es inviable. La adopción de medidas de prevención en combinación con el diseño y puesta en marcha de algunos planes de contingencia antipandemia pueden minimizar en gran medida el impacto en nuestras empresas.
Christophe Mario. Vicepresidente de Capgemini Consulting España