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Secretos de despacho

Espacio rentable en DTZ

Marco Ferrando dirige la consultora inmobiliaria sin ningún tipo de despilfarro

Definir a este ejecutivo como vital es quedarse corto. Seguir a Marco Ferrando nacido en Milán hace 40 años, aunque sea con la palabra resulta agotador. Cosmopolita desde la infancia. Cuando tenía ocho años, su padre se trasladó a trabajar a Bruselas y hasta allí le siguió la familia. Cuando cumplió los 22, decidió que quería conocer mundo y se marchó a vivir a Chile. "No quería quedarme parado y en Europa en 1993 había un cierto estancamiento económico, así que busqué un país que estuviera en pleno crecimiento". Allí comenzó a hablar español y a trabajar en la división de negocio del Banco Santander, donde ocupó el puesto de ejecutivo de cuentas bancarias internacionales. En la entidad financiera trabajó durante un trienio. Pero no fue lo único que hizo, también montó un restaurante en Santiago de Chile y reconoce que fue el trabajo más pesado que ha hecho en su vida.

Las ganas de hacer cosas diferentes le llevó a desarrollar anexos en centros comerciales, en concreto un centro del automóvil, como gerente del proyecto inmobiliario Mall Plaza en Chile, "que fue un exitazo porque en seis años abrimos seis centros que controlaban el 11% de la venta de coches".

Como no podía ser de otra manera se casó con una francesa y se marchó a vivir un tiempo a Francia, "pero como me apasionaba el tema inmobiliario, pensé que España le daba valor a mi experiencia suramericana". Le contrató la inmobiliaria AtisReal, ahora gestionada por BNP Paribas, donde trabajó durante cinco años ocupando distintos cargos como director de departamento de centros comerciales y director de inversión. Después, fichó como director general por la consultora inmobiliaria de origen británico DTZ, presente en 45 países.

"Ahora se rentabiliza cada metro cuadrado en el que se invierte. Antes de mudarse, negocian el precio"

En España cuenta con un equipo de más de 50 profesionales en las sedes de Barcelona y Madrid. En esta etapa asegura que el gran reto es, sobre todo con la crisis económica e inmobiliaria, que los clientes entiendan el rol y valoren la aportación que ofrece esta consultora. "Como se trata de un sector en el que las cosas, después de tener un éxito histórico, no se han hecho muy bien, hoy día estamos mejor valorados porque se está más dispuesto a escuchar la opinión de un tercero".

Porque el objetivo de DTZ Consultores Inmobiliarios no es otro que aportar soluciones a los clientes, y en estos momentos la mayoría de ellas pasa una gran necesidad de optimizar su espacio. "Ahora nuestros clientes buscan rentabilizar cada metro cuadrado en el que invierten, y la tendencia es renegociar el precio con los propietarios más que mudarse a otro lugar". Y cree que el éxito de las empresas también depende de cómo se manejan los costes inmobiliarios. "Los anglosajones han sabido corregir el mercado de manera impresionante, mucho más que los latinos que prefieren morir antes que reconocer un error". Con todo esto, cabe pensar que en DTZ Consultores Inmobiliarios cada metro cuadrado de las oficinas que tienen en el Paseo de la Castellana de Madrid es una inversión rentable. "Aquí no despilfarramos ni un centímetro, no podemos permitírnoslo y además debemos dar ejemplo a nuestros clientes". El despacho que ocupa es un espacio pequeño y funcional, "no están los tiempos para demasiados lujos".

Marco Ferrando asegura que es un ejecutivo cercano y detallista. "Me gusta hacer las cosas diferentes a los demás, es la única manera de poder destacar y poder influir en los colaboradores", señala este ejecutivo, que se define como detallista, siguiendo el ejemplo de sus abuelos y de su padre. "Estoy muy orgulloso de mi origen italiano porque mi familia nunca ha abandonado su palabra y yo si de algo soy maniático es del cumplimiento de las promesas".

La puerta de su despacho tiene cristales y siempre está abierta. Asegura que es poco convencional y no sigue ni los horarios establecidos. Afirma que suele trabajar en sábado, "algunos fines de semana me acerco a la oficina con mis tres hijos y así compagino mi vida familiar con la laboral".

No sin mi Blackberry

Siempre va acompañado de su Blackberry, a todas partes, "incluso hasta duermo con ella al lado". Dice que lo que peor lleva de ser ejecutivo son los formalismos con los que ha de cumplir. "Por ejemplo, no me gusta llevar traje y corbata". Y recuerda su época al frente de un restaurante, donde no tenía que cumplir con este ritual indumentario, aunque también "entiendo que son normas establecidas y que cuesta cambiarlas".Entre sus aficiones, asegura que la más importante es mirar cómo crecen sus hijos. "Es una maravilla estar rodeado de niños porque descubres siempre cosas nuevas a su lado". Cuando dispone de tiempo lee sobre todo libros de historia, geografía, biografías "de gente que considero interesante más que leer historias imaginativas". Y también le gusta reparar objetos, "desmontar cosas que no funcionan e intentar arreglarlas, hacer modelismo y maquetas". Con tantas inquietudes no es de extrañar que Marco Ferrando critique la baja tasa de productividad española, "no se puede estar siempre mirando el reloj".

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