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La city

El extraño silencio belga

En el culebrón por la venta de Opel se hacen y deshacen alianzas con cierta facilidad. Ya nadie duda de la apuesta de Alemania por Magna, que ha expresado su interés por recortar empleo fuera de ese país. En su plan industrial, España, Gran Bretaña, Polonia y Bélgica salen perjudicadas. Al menos sobre el papel. Sin embargo, la sorpresa saltó con Bélgica, que en una reunión de este verano cambió su actitud, desde su oposición beligerante contra Magna, a un apoyo incondicional. El resto no sabe a qué obedece este cambio y Bélgica ha optado por no aparecer en las reuniones posteriores. Sospechan que el cierre de la factoría belga se podría compensar con un conglomerado de fabricantes de componentes en su territorio. De ser así, no sería una buena noticia para España.

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