Irlanda, bajo el efecto de una crisis interminable
El PIB se contrae un 8,5% por el desplome del consumo.
El fulgurante y meteórico crecimiento económico que experimentó Irlanda desde finales de los años noventa hasta 2007 -con una progresión media anual del PIB del 8%- le valió al país ser conocido en todo el mundo como el Tigre Celta y convertirse en la envidia del resto de Europa. Pero la economía irlandesa ha sufrido un serio revés y ha pasado de crecer a tasas propias de las economías emergentes a registrar descensos de la actividad cercanos al 10%.
Lo peor se desencadenó con el estallido de la crisis financiera internacional. Con una economía fuertemente dependiente del sector de la construcción, como le ocurre a la española, Irlanda pasó de crecer un 6,5% en el último trimestre de 2007 a registrar un descenso del PIB del 1,4% en el trimestre siguiente. En el segundo trimestre de 2008 el PIB volvió a retroceder un 1,6%, por lo que Irlanda se convirtió en el primer país de la zona euro que entró oficialmente en recesión. Desde entonces, la evolución de los indicadores de la economía irlandesa han sido negativos y las previsiones para 2009 son muy pesimistas, ya que señalan que Irlanda se encuentra aún muy lejos de alcanzar el fin de la recesión.
Así, para poder hacer frente a esta crisis histórica, el Gobierno del primer ministro Brian Cowen decidió subir los impuestos y recortar el gasto público, debido a que el déficit fiscal triplicó el máximo permitido por la Unión Europea, que ya le ha dado de plazo hasta 2013 para corregirlo.
En medio de este panorama, Brian Cowen ha tenido que hacer frente recientemente a dos huelgas en el mismo día. Cientos de campesinos le abuchearon, en protesta por los recortes aplicados a las ayudas que recibe el sector, mientras que empleados de la banca secundaron un paro general en demanda de mejoras salariales. De nada parece haber servido la decisión adoptada por el Gobierno de reducir el sueldo a todos sus miembros y a los altos funcionarios en un 10%. Y mientras arrecian las protestas, la evolución del PIB empeora. En el primer trimestre de este ejercicio, la economía irlandesa se contrajo un alarmante 8,5% anual. Este notable deterioro se debió a que el gasto de los consumidores descendió un 9,1% y las inversiones se desplomaron un 34,1%. Los últimos datos de la UE pronostican para este año un recorte del PIB del 9% y del 2,6% en 2010. Y es que el final de la recesión no se vislumbra hasta 2011.
Después de haber rozado el pleno empleo, durante 2008 la tasa de paro se situó en el 6% y el mes pasado se duplicó hasta alcanzar el 12,2%, la mayor en 14 años. Para el Gobierno, el nivel de desempleo dependerá de la cantidad de inmigrantes que opten por permanecer en Irlanda y del volumen de trabajadores irlandeses que opte por salir al exterior.
El dato esperanzador viene de la mano de la producción industrial que después de registrar retrocesos en abril del 3,46% y del 3,58% en mayo, en junio experimentó un optimista repunte del 9,34%. De hecho, Irlanda fue el país de la zona euro cuyo sector industrial experimentó un mejor comportamiento. El Ejecutivo quiere con ello empezar a enviar los primeros mensajes de esperanza.
Buenas oportunidades para las constructoras españolas
La consejera de la Oficina Económica y Comercial de España en Dublín, Celia Pérez, afirma que "nuestras relaciones económicas no ha hecho más que incrementarse en los últimos años". A corto y medio plazo, puntualiza, "es previsible que continúe aumentando la cuota de mercado que en Irlanda tienen nuestros productos agroalimentarios, así como los bienes industriales y de consumo". En todos ellos, la imagen española goza de estupenda reputación, señalan las mismas fuentes. Al mismo tiempo, las empresas constructoras y de ingeniería españolas aún siguen contando con margen para desarrollar no sólo los proyectos en curso, sino captar nuevas oportunidades.