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Columna
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Todos ganan con el caso de UBS

Parece que todo el mundo sale ganando en el caso de los impuestos de UBS. Los compromisos otorgarán a suizos, al Tío Sam y a la mayor gestora de patrimonios del mundo la oportunidad de cantar victoria en tanto que el culebrón por fin llega a su desenlace.

Las acusaciones vertidas sobre UBS según las cuales animó a sus clientes estadounidenses a evadir impuestos han pasado de tratarse en los tribunales a ser asunto de diplomáticos. EE UU y Suiza firmaron un acuerdo la semana pasada cuyos contenidos serán desvelados próximamente. Aunque ya se conocen algunos detalles.

Se espera que a UBS no le multen más allá de los 780 millones de dólares impuestos en el proceso criminal.

El empecinamiento del Gobierno estadounidense, por su parte, debería acarrear sus frutos. Se espera que se den detalles de 5.000 de los 52.000 titulares de cuentas de UBS sospechosos de haber evadido impuestos. Según varias estimaciones, los implicados pagarán multas por valor de cerca de 4.000 millones de dólares.

El Gobierno helvético sale así victorioso al no ser forzado -al menos aparentemente- a cambiar la ley. Parece que los nombres en cuestión serán acusados de fraude impositivo y no de evasión de impuestos, algo que no es un crimen en Suiza. Eso sí: el público suizo seguro que acusa al Gobierno de capitulación en una expedición que amenaza a su red de bancos privados más pequeños.

En definitiva, los nombres del 90% de los clientes estadounidenses de UBS no serán revelados. El poder de las autoridades es limitado, los reguladores están distraídos y las tasas impositivas crecen. Los evasores pueden considerarse victoriosos, pero serán los únicos en vanagloriarse de ello.

Por J. Goldfarb

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