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Tribuna
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El billete del futuro

El escritor norteamericano Robert Fulghum acuñó en los años ochenta la expresión "estar sentado sobre su propio billete", refiriéndose a la gente que tiene a su alcance la manera de salir de una situación determinada sin ser consciente de ello. He recordado esta expresión tras leer el informe Cloud or fog? (¿Nube o niebla?) elaborado por NTT Europe Online sobre la actitud de las empresas hacia el cloud computing, con las opiniones de más de 200 directores financieros y de tecnología de las principales empresas y multinacionales del Reino Unido, no pocas de las cuales extienden su actividad a otros países, España entre ellos.

Los resultados son paradójicos: por un lado, el 85% es partidario de más flexibilidad en sus acuerdos de licencia de software, y el 65% anuncia su intención de evitar los contratos de TI a largo plazo. Si a ello añadimos que el 60% no piensa que la crisis actual sea motivo para reducir la inversión en software y servicios, sino todo lo contrario, la conclusión es un marco muy atractivo para el cloud computing, que parece ajustarse como un traje a medida a estos requerimientos.

Pero este panorama se ensombrece al leer que, a pesar de ello, dos terceras partes siguen reacias a considerarlo como alternativa: el 35% no piensa adoptarlo, y el 32% no está seguro de si su empresa comenzará a utilizarlo en los dos próximos años. Para muchos figuraba en último lugar de sus diez prioridades de inversión para los próximos 12 meses; y el 46% creía que sus definiciones seguían estando "poco claras". Incluso el 55% de los directivos que han optado por él opina que los sistemas financieros y de contabilidad "nunca" deberían incluirse en la nube.

Es paradójico cómo la mejor solución para dotar a las empresas de una estructura informática ágil, ajustada a sus necesidades y con clara ventaja en campos como la seguridad y el mantenimiento sigue siendo vista con recelo por tantos cargos de responsabilidad. Sobre todo cuando el cloud computing es cada vez más aceptado en el ámbito particular: millones de usuarios emplean cuentas de correo gratuitas enclavadas en distintos buscadores, y la misma tendencia se está aplicando a hojas de cálculo o procesadores de textos, etc. Sin contar con los casi cinco millones de españoles que han hecho este año por internet su declaración de la Renta, sin miedo a lanzar su información más personal y delicada a las profundidades de la red.

Esta situación de impasse no puede prolongarse mucho más. El cloud está todavía detenido en el umbral, esperando el momento en que sea la solución más adoptada por el mundo empresarial. Y eso ocurrirá cuando muchos de sus responsables se pongan de pie y descubran que han estado sentados encima del billete que llevará al futuro su estructura informática.

Gonzalo Salsas. Director general de NTT Europe Online

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