Los Cosmen tienen hasta el 11 de septiembre para presentar su oferta sobre National Express
El regulador británico de fusiones y adquisiciones (Takeover Panel) ha fijado el próximo 11 de septiembre como fecha límite para que el consorcio formado por CVC Capital Partners y la familia Cosmen presente su oferta sobre el 100% del capital social de la empresa de transportes National Express, propietaria del grupo Alsa y de Continental Auto, o bien haga pública su renuncia a la operación.
El plazo impuesto por el regulador británico se aplica también a la compañía británica de transportes Stagecoach, que había indicado su interés en adquirir determinados activos de National Express en el caso de que la OPA liderada por los Cosmen, accionistas de referencia en National Express con un 18,5% del capital social, saliera adelante.
"El Consorcio y Stagecoach deben anunciar antes de las 17.00 horas del 11 de septiembre de 2009 su intención firme de realizar una oferta sobre National Express o anunciar que no planean realizar oferta alguna", señaló el regulador.
CVC Capital Partners y la familia Cosmen trabajan en una oferta para la compra de National Express, que la prensa británica estima en unos 500 millones de libras (578 millones de euros), aunque la compañía británica de transporte ya ha apuntado que no está dispuesta a negociar a ese precio.
El consorcio formado por la familia Cosmen y CVC pretende adquirir la totalidad de la compañía de transportes y renegociar la deuda de National Express, que asciende a 1.200 millones de libras (1.390 millones de euros), con los acreedores de la empresa, entre los que se incluyen varios bancos españoles.
La familia Cosmen recibió en 2005 una participación inicial del 9,9% en National Express como parte del pago de 262 millones de libras (302 millones de euros) abonados por la compra de Alsa, propiedad de la familia española. Asimismo, Jorge Cosmen, presidente de Alsa, actúa tambien como vicepresidente de National Express.
Los problemas financieros de National Express proceden en gran parte de la adquisición de Alsa, así como de la también española Continental Auto por 450 millones de libras en metálico (520 millones de euros) y el pasado 1 de julio forzaron a la empresa británica a renunciar a seguir prestando apoyo a su franquicia ferroviaria National Express East Coast.