Una tentación dudosa
UBS no está tan atrás como los últimos resultados sugieren. Si se eliminan cargos estrafalarios de las pérdidas de 1.400 millones de francos suizos -917 millones de euros-, el banco en realidad ha reportado beneficios en el segundo trimestre. A pesar de los números rojos, los datos apuntan a una lenta recuperación.
Para entender la estabilidad que ha logrado UBS, primero hay que volver a sumar los 1.200 millones de francos de la mejora de su calidad crediticia. Las reglas de contabilidad tienen el perverso efecto de convertir un aumento de la confianza de los inversores en pérdidas. Segundo, hay que separar los 582 millones de francos en gastos de reestructuración, que son parte de la creación de un UBS más esbelto. También ha habido indemnizaciones por despidos y amortizaciones sobre bienes inmuebles.
Por último, la subida del real brasileño ha arañado 492 millones al fondo de comercio, por la venta de la operación de banca de inversión Pactual, pero el cargo no afecta a la liquidez o al capital. Cuando se cierre, una parte se convertirá en ganancias el próximo trimestre.
Aún así, la rentabilidad de los recursos propios fue del 2,5%. El ajuste en los préstamos y la regulación del capital suponen que UBS no puede aspirar a mucho más. Y la tarea de recuperar el negocio perdido resultará difícil.
Lo bueno es que UBS finalmente puede centrarse en dejar atrás la trama fiscal en EE UU, lo que animará al Banco Nacional Suizo a vender su participación.
A pesar de que las acciones están cotizando a 1,5 veces el valor nominal, hay mucho trabajo por delante y ningún dividendo a la vista. UBS no parece todavía una inversión tentadora.