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Tribuna
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Eficiencia sanitaria

La falta de recursos para la atención sanitaria ha sido uno de los caballos de batalla utilizados por los políticos de todas las comunidades autónomas a la hora de reclamar un nuevo y mejor modelo de financiación. Parece que este aspecto se ha solventado positivamente y los 17 modelos sanitarios españoles recibirán una potente inyección económica durante los próximos años.

Recibir más fondos, y más en un servicio de carácter universal como el relacionado con la salud, siempre es una buena noticia ya que en definitiva los recursos revertirán en un mejor trato para el usuario final. Aun así, también es importante que los nuevos recursos no nos devuelvan viejos vicios de gestión sanitaria. Esto es, una gestión poco profesional, opaca y nada eficiente de éstos. Un método que paulatinamente parecía que se iba desterrando dentro de la gestión sanitaria de nuestro país.

Una de las claves del éxito del modelo sanitario español, estudiado por otros países, radica en el alto grado de simbiosis entre la sanidad pública y la privada, especialmente en determinada comunidades autónomas como Madrid, Cataluña y la Comunidad Valenciana, cada una con sus propias fórmulas.

Hablamos por tanto de una sanidad privada no sustitutiva del sector público de la que, sin ánimo de extendernos, yo destacaría tres aspectos. El primero, tal vez el más importante, es su complementariedad con el sector público y cómo le ayuda a ser más eficiente, tal como hemos dicho anteriormente. La red privada descarga la potencial demanda pública en todos los niveles de atención. Como ejemplo, los centros de atención primaria gestionados por sus propios médicos que son los accionistas y que están dando excelentes resultados y que se van extendiendo por todo el territorio nacional.

En segundo lugar, destacaría la excelencia del servicio en sí. Algunos centros hospitalarios de nuestro país son referentes internacionales, punteros en investigación y, pese a su carácter privado, trabajan habitualmente para la red pública.

En tercer y último lugar, destacar que el sector sanitario privado español se ha convertido en un negocio dinámico y estratégico. Sólo en Cataluña, en los últimos años se han invertido más de 300 millones de euros, han aparecido nuevos centros en toda España y han entrado fondos de capital riesgo e inversores nacionales e internacionales de otros sectores.

Estamos, en definitiva, ante un servicio público ejercido por operadores privados, aunque a menudo sean ellos mismos los que no tengan conciencia de ello. Si los nuevos recursos de financiación se administran sabiamente en la gestión compartida la continuidad del modelo de éxito de la sanidad española está asegurado.

Eduard Serrat. Director de Centro Médico QMS y ex gerente de centros y hospitales públicos

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