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Economía

Gobierno y CEOE acentúan sus diferencias en el diálogo social

La patronal cerró filas ayer para acusar al Gobierno de haber roto la negociación del diálogo social al haber impuesto en las conversaciones las "líneas rojas" marcadas por los sindicatos. La CEOE se ofreció a retomar la negociación en septiembre a condición de que no haya vetos y con el objetivo de pactar una reforma laboral, punto al que se opone Trabajo.

Gobierno y CEOE acentúan sus diferencias en el diálogo social
Gobierno y CEOE acentúan sus diferencias en el diálogo socialJ. LÁZARO

La CEOE organizó ayer una magistral puesta en escena para mostrar la supuesta unidad patronal en torno a su presidente, Gerardo Díaz Ferrán, y el apoyo incondicional de sus miembros a la estrategia seguida durante la negociación del fracasado pacto social. Arropado por sus vicepresidentes, Díaz Ferrán, rechazó las múltiples acusaciones recibidas en los últimos días que le atribuyen "haber boicoteado" la concertación y aseguró que "fue el Gobierno quién rompió el diálogo" al "hacer suyas las líneas rojas de los sindicatos".

Los empresarios se ofrecieron a volver a sentarse a la mesa de negociación en septiembre, a condición de que se eliminen los vetos establecidos. Es decir, abrir la puerta a reformas estructurales, como la del mercado laboral, que para la CEOE se traduce en crear un contrato único que rebaje el coste de la indemnización por despido improcedente.

Precisamente esta frontera es la que el Gobierno no está dispuesto a cruzar. El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, manifestó ayer el interés del Ejecutivo en continuar con el diálogo social, pero "no sobre la propuesta de la CEOE que es la que ha provocado el desencuentro". Por su parte, el secretario de Estado de la Seguridad Social, Octavio Granado, pidió a Díaz Ferrán que "deje de enredar y busque una forma de arreglar lo que ha estropeado". Según defendió, la negociación "sin líneas rojas" que pide la patronal equivale a "discutir medidas que lesionen los derechos de los pensionistas y los trabajadores". Finalmente, Corbacho reiteró, como ya hiciera el viernes, que "el 80% de las empresas son pymes y hay otros interlocutores con los que negociar".

Díaz Ferrán, que no está dispuesto a que se vuelva a poner en duda ni su validez como líder ni la representatividad de su organización, recordó que la Junta General de ayer le ratificó por unanimidad y que él no responde ante Gobierno y sindicatos, sino ante los empresarios.

"Nosotros no hemos incumplido ningún acuerdo", espetó al ser preguntado por qué la CEOE regresó a su programa de máximos en la recta final del proceso. Acto seguido negó que la actuación patronal responda a intereses políticos, como se dijo tras una reunión suya con Mariano Rajoy.

"Cualquier momento es bueno para poner un tema sobre la mesa en una negociación", añadió Santiago Herrero, vicepresidente de la patronal y responsable de las conversaciones tripartitas. Según él, el problema es que "no ha habido imparcialidad en la negociación" porque el Ejecutivo se mostró más cercano a la postura de los sindicatos que a la de la patronal. "No hemos tenido moderador ni árbitro, porque el Gobierno ha sido forofo de uno de los dos equipos", concluyó.

Mientras Ejecutivo y patronal alejan aún más sus posiciones, UGT y CC OO darán hoy su versión del divorcio social.

"Rebajar las cuotas no está en la agenda de Trabajo"

Preguntado por su opinión respecto a la nueva renta dirigida a parados que han agotado sus prestaciones, el presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, se mostró de acuerdo con la medida pero señaló que "el dinero que maneja el Gobierno no es suyo, sino de todos los españoles, y se están haciendo concesiones que significan déficit". La renta en cuestión, que el Consejo de Ministros aprobará el próximo 13 de agosto, ha sido la principal reclamación presentada por UGT y CC OO de cara al pacto social. Sin embargo, el gran objetivo patronal, una rebaja de las cotizaciones sociales que pagan los empresarios "no está en la agenda del Ministerio de Trabajo ni del Gobierno", según afirmó ayer el responsable de dicho gabinete, Celestino Corbacho. Tras la ruptura de las negociaciones, en las que Moncloa ofreció un recorte de 1,5 puntos para 2010 (4.500 millones) y la patronal pedía 5 puntos (15.000 millones), el Gobierno -enfrentado ahora con la CEOE- ha enterrado su propuesta. El regateo de esta cifra marcó la recta final -y el fracaso- de la negociación del pacto social. Ejecutivo y sindicatos argumentaron que tamaña reducción inevitablemente llevaría a déficit las cuentas de la Seguridad Social, cosa que los empresarios descartan. De hecho, para apuntalar su oferta, el Gobierno tuvo que comprometerse a equilibrar las cuentas del sistema en caso de que el punto y medio de rebaja ofrecida causara un agujero en las arcas de la Seguridad Social. Paradójicamente, tras mostrar ayer Díaz Ferrán su preocupación por el uso del "dinero de los españoles", el vicepresidente de la CEOE y responsable de la negociación, Santiago Herrero, argumentó que sería posible rebajar cinco puntos las cuotas, pues en cualquier caso el Estado cubriría el déficit.

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