Cerramos en agosto, hasta septiembre
Da casi apuro decir hoy día que te vas de vacaciones. Este año con la situación tan enrarecida por la crisis económica, que tiene aplazados los planes vacacionales de tanta gente, no está bien visto decir que uno se marcha a holgazanear a la playa, sobre todo cuando todos los días está presente la cifra del paro y cuando cada vez vas conociendo a más gente que se queda sin empleo. Así es la vida de tremenda.
Lo cierto es que este suplemento cierra durante el mes de agosto y volveremos a abrirlo el primer fin de semana de septiembre. Hasta entonces, y después de un año de los más duros que recuerdo en mi trayectoria profesional (no sé cuántas veces habré tecleado la palabra crisis ni a cuántos seminarios, conferencias y mesas redondas habré asistido este año en las que no se hablara del dichoso tema), nos vamos de vacaciones. Es curioso como en 12 meses, lo que va de un curso escolar a otro, puede cambiar tanto la realidad.
Hace bien poco, todos los expertos en gestión y management llegada esta época no paraban de recomendar lo saludable que son las vacaciones para los profesionales, la necesidad que hay de desconectar, de conciliar, de disfrutar del ocio, de la familia, los amigos, de viajar, de esos pequeños detalles que te hacen la vida más agradable. Tengo la sensación de que algo ha cambiado, y tal vez sea porque en estas semanas previas nadie me ha hablado de todo esto, la gente está siendo prudente a la hora de alardear, incluso cuando alguien habla de su destino vacacional lo hace con prudencia. "No sé, todavía no lo tenemos decidido", es lo que más se escucha. Tal vez sea cierto porque a nadie se le escapa que los planes, que se lo digan a las agencias de viajes y a las cadenas hoteleras, por ejemplo, se dejan cada vez más para última hora. Otros años los comentarios eran distintos. "Yo me voy a China"; "nosotros, unos días a Vietnam"; "nosotros, a Nueva York"; "me voy con unos amigos a La Patagonia". Ojalá vuelvan esos tiempos. Yo tampoco he hecho planes excitantes. De momento, me voy a la tierra de mis amores y de mis padres, Asturias, y después iré a El Ampurdán. El resto creo que lo pasaré en otra tierra de la que estoy enamorada desde hace tiempo y con la que acabo de suscribir un contrato casi de por vida: La Alcarria. Pasen feliz verano y volvemos a encontrarnos aquí mismo en septiembre.