El juez de la UE matiza la responsabilidad de la UE ante una fusión
El Tribunal de Justicia europeo matizó ayer la sentencia que, por primera vez, condenó a la Comisión Europea a indemnizar a una empresa por un error cometido en la aplicación de las normas de Competencia. El veredicto, sin embargo, confirma el derecho de la empresa a ser compensada por los gastos que le acarreó la errónea anulación de un intento de fusión. Se mantiene, por tanto, un precedente judicial tan inquietante para la dirección general de Competencia de la CE como esperanzador para las empresas que, por un motivo u otro, chocan con Bruselas.
El caso en cuestión data de 2001, cuando el fabricante francés de componentes eléctricos Schneider compró Legrand, una empresa rival de la misma nacionalidad. La Comisión prohibió la fusión, pero un año después el Tribunal de primera instancia de la UE anuló esa decisión porque, según la sentencia, el organismo comunitario había violado del derecho de defensa de Schneider.
La compañía reclamó entonces daños y perjuicios a la Comisión por un valor de 1.700 millones. Contra todo pronóstico, el mismo Tribunal validó la petición de Schneider en 2007. La sentencia, sin precedentes, causó estupor en la dirección general de Competencia que, hasta entonces, nunca había tenido que pagar por sus errores. El fallo de ayer, que resuelve un recurso de casación de la Comisión, anula parcialmente aquel veredicto, pero confirma que Bruselas deberá compensar a Schneider por los gastos derivados del segundo examen de la fusión. Los jueces, en cambio, anulan la parte de la sentencia que había establecido una causalidad directa entre la prohibición de la fusión y las pérdidas registradas por Schneider al vender de manera forzada Legrand. El fallo recuerda que Schneider decidió seguir adelante con esa venta a pesar de que el veto a la fusión ya había sido anulado. La compañía se infligió a sí misma el daño. Sólo eso ha librado a la CE de tener que pagar una indemnización mayor.
Origen en 2001
El fondo del asunto se remonta a 2001, cuando el fabricante de componentes electrónicos Schneider compró Legrand, una empresa rival de la misma nacionalidad. La CE prohibió la fusión.