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Negociaciones

La CEOE quiere negociar "más allá de plazos" el diálogo social y aún no ve adecuada la propuesta del Gobierno

La mesa de diálogo social que conforman Gobierno, empresarios y sindicatos volverá a reunirse mañana por la tarde, después de que el Ejecutivo pusiera el pasado lunes sobre la mesa una nueva propuesta, que deja algunos temas abiertos, entre ellos la ansiada rebaja de cotizaciones empresariales a la Seguridad Social que se pide desde la CEOE.

Después de ofrecer inicialmente una rebaja de medio punto en las cotizaciones empresariales por contingencias profesionales (accidente laboral y enfermedad profesional), la oferta del lunes dejaba en suspenso la cuantía del recorte, aunque algunas voces de la negociación hablan de que éste sea de dos puntos. La mesa de diálogo social que conforman Gobierno, empresarios y sindicatos volverá a reunirse mañana por la tarde.

El ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, no ha querido precisar qué rebaja propondrán finalmente porque, según ha dicho, se tienen que hacer los cálculos y estudios pernitentes para garantizar que el recorte de cuotas que planteen en la negociación no pondrá en riesgo el sistema de la Seguridad Social.

Desde CC.OO. ya se ha advertido de que una rebaja de dos puntos en las cotizaciones empresariales haría entrar en déficit al sistema a partir de 2011. Los empresarios, por su parte, insisten en que lo óptimo sería recortar cinco puntos las cotizaciones sociales para igualar a España al nivel europeo, pero ésta es una posibilidad ya descartada por el Gobierno.

En cualquier caso, el presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, ha declarado que la postura de la patronal es "flexible", aunque tampoco ha querido aclarar qué rebaja de cuotas estaría dispuesta a aceptar la organización empresarial. Lo que sí ha dejado claro es que si el acuerdo no busca mejoras en la competitividad de las empresas, "será muy difícil" que la patronal pueda estampar su firma en él.

La ayuda a los parados, el otro caballo de batalla

El otro gran caballo de batalla de estas negociaciones es el de cómo proteger a los desempleados que han agotado ya prestación y subsidios y se han quedado sin ingresos. El Gobierno propuso inicialmente un programa de seis meses de duración, llamado 'Programa Temporal de Inserción', por el que los parados sin rentas tendrían acceso a una ayuda de 420 euros mensuales, vinculada a la formación para poder volver cuanto antes al empleo. La duración de esta prestación no convenció a los sindicatos, que reclaman que sea como mínimo de un año.

En la propuesta que hizo el Ejecutivo el lunes, se añade la posibilidad de prorrogar por otros seis meses dicho programa, pero no la prestación, que seguiría teniendo una duración de medio año. Además, el Gobierno vincula la prórroga de este programa a la evolución de los indicadores económicos. Este planteamiento tampoco ha seducido a CC.OO. y UGT, que siguen considerando que lo que les ofrece el Ejecutivo es insuficiente.

Tal y como están las cosas, parece que aún queda bastante tela que cortar para llegar a un acuerdo que, además, Gobierno y sindicatos quieren alcanzar este mismo mes de julio. A la CEOE, por su parte, le parece que hay cosas más importantes que los plazos.

Lo que sí es seguro es que el acuerdo está más cerca de lo que estaba hace un par de semanas, cuando, tras una reunión de la mesa de diálogo social, los sindicatos salieron muy enfadados con la CEOE, a la que acusaron de poner sobre la mesa "propuestas de máximos" que habían quedado aparcadas (creación de un contrato con despido más barato y rebaja en cinco puntos de las cotizaciones sociales).

El Gobierno decidió solventar el problema reuniéndose por separado con unos y otros y lanzando el siguiente mensaje: ni se abaratará el despido ni se rebajarán las cotizaciones en cinco puntos. Se trata de dos medidas que el Ejecutivo dijo que estaban dentro de las "líneas rojas" que no pensaba cruzar.

La negociación volvió así a encauzarse y centrarse en los temas pactados, que mañana volverán a ser objeto de una nueva revisión, en un clima que, según el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, "ya es distendido y de colaboración".

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