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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

El turismo pide trato de primera industria

La actividad turística siempre se ha considerado la primera industria de España, con cientos de miles de empresas de todos los tamaños, que dan empleo a 2,4 millones de trabajadores y aportan conjuntamente el 10,7% del producto interior bruto. Como todas las demás industrias, está encajando la crisis de demanda global con descensos en sus ventas cercanas al 10%, y con la consiguiente caída de los resultados, ya que casi ocho de cada diez empresas espera un descenso de sus números negros. Las empresas consultadas en la encuesta de clima empresarial elaborada por Exceltur alertan de que lo peor de la crisis podría haberse superado ya, y los dos últimos trimestres del ejercicio, aunque contractivos, tendrán una moderación en el descenso de las ventas. Pero seguramente los paradigmas de esta actividad, como otras muchas, habrán cambiado con la crisis, tanto por la aparición de nuevos oferentes como por la transformación del mercado, lo que exigirá nuevas fórmulas de gestión de este negocio en España.

El Gobierno es consciente de ello y ha convocado para el 24 de julio una reunión extraordinaria y monográfica sobre el asunto, al que los empresarios han elevado ya su cuaderno de quejas y posibles soluciones. Además de una declaración pública por parte del presidente del Gobierno en la que comprometa su gestión para sacar al sector de la crisis, las empresas pretenden que Economía establezca una batería de medidas puntuales para reactivar el sector, con garantías de financiación y reducciones impositivas. Además, pretenden que Fomento elabore un plan de accesibilidad a los puntos más exclusivos de la oferta para lograr la llegada de los turistas con mayor capacidad de gasto, así como extender al Plan E municipal de 2010 el remozado de las infraestructuras turísticas.

El Gobierno debe atender tales peticiones, siempre que de una memoria económica previa se concluya que tienen un recorrido productivo importante. El resto de los mercados se están moviendo y, cuando llegue la recuperación, que en buena parte vendrá por la aportación de las grandes y populosas economías emergentes, España debería estar en primera fila para vender su oferta turística de forma diferenciada y bien promocionada, y recuperar el lugar de excelencia que siempre ha tenido entre un turismo mundial en el que habrá una cerrada competencia.

Pero el mayor esfuerzo lo tienen que hacer las sociedades turísticas. Mejorar sus instalaciones, ajustar unos precios y unos márgenes que han corrido demasiado deprisa muchas veces, y poner calidad diferencial en el servicio global son responsabilidades de las empresas. Reducir esta tasa o aquel impuesto sólo es una solución transitoria que no garantiza el futuro estratégico de un sector que no debe dejar de ser la primera industria del país. Seguramente en el futuro la actividad debe concentrarse más en la calidad que en la cantidad para prosperar.

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