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Reforma

La UE endurece el control de las operaciones de titulización

La Comisión Europea aprobó ayer un proyecto de directiva que exigirá a la banca y a las firmas de inversión triplicar el capital de reserva para cubrir el riesgo de ciertas operaciones de titulización.

La reforma de la directiva europea de requisitos de capital presentada ayer por el departamento de Mercado Interior de la Comisión Europea apunta directamente a las operaciones de titulización y a corto plazo que, según muchos analistas, han sido la causa de la virulencia y la rápida propagación de la crisis actual.

Las nuevas normas, que necesitan el respaldo del consejo de ministros de Economía de la UE (Ecofin) y del Parlamento Europeo para entrar en vigor, obligarán a la banca y a las firmas de inversión a evaluar de forma mucho más estricta los riesgos asociados a sus inversiones a corto plazo y a contar con niveles de capital regulatorio mucho más elevados que hasta ahora.

"La propuesta aspira a garantizar que los bancos dispongan de capital suficiente en relación con los riesgos que han asumido", señaló el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso.

Para las operaciones a corto, el capital mínimo podría llegar a doblarse. Pero el principal cambio atañe a las operaciones de retitulización, con las que el sector financiero redistribuye los riesgos asociados a sus operaciones de titulización.

La directiva actual impone a esas operaciones los mismos requisitos de capital (a partir del 7%) que al resto de titulizaciones. El nuevo proyecto de ley, en cambio, triplica ese porcentaje y para los productos más complejos podrá llegar a exigir que la entidad financiera provea un capital de reserva equivalente al de la operación.

Entre las operaciones de retitulización más habituales figuran las CDO (colateralized debt obligations o permutas de coberturas frente a quiebras), en las que el inversor comparte el riesgo de impago de la operación de titulización original.

Durante 2007, las emisiones de ese tipo de títulos alcanzaron en Europa un valor de 88.700 millones de euros. Y las agencias de calificación las consideraron sistemáticamente como operaciones de bajo riesgo crediticio.

Coto a los activos peligrosos

Craso error, según la Comisión, aunque el organismo comunitario tampoco parecía haberse percatado hasta ahora del peligro que entrañaba ese mercado.

"Son productos muy complejos que han causado enormes pérdidas a los bancos", reconoció ayer el comisario europeo de Mercado Interior, Charlie McCreevy, uno de los puntales, junto a Barroso, de la parálisis legislativa en el sector financiero durante los años previos a la crisis.

La directiva que se pretende ahora endurecer fue reformada, precisamente, hace sólo unos meses. El departamento de McCreevy se limitó entonces a rematar un proceso de reforma que ya había arrancado antes de la crisis sin extraer ninguna lección de lo acontecido tras el desplome de Lehman Brothers en septiembre de 2008.

La CE intenta ahora, al final de su mandato, recuperar el tiempo perdido. Ayer mismo, indicó que octubre presentará otra reforma de la misma directiva para intentar lograr que, tras la crisis, el sector financiero opere con mucho más capital que hasta ahora. "Actuamos con ambición para evitar que el rayo golpee dos veces", declaró Barroso.

La nueva directiva, sin embargo, no entrará en vigor hasta 2011. Y el departamento de McCreevy reconoció ayer que si las condiciones crediticias no mejoran, quizá tengan que retrasarse las nuevas exigencias de capital para no estrangular al sector. De modo que a Barroso sólo le cabe esperar que el rayo no golpe de nuevo en los próximos 18 meses.

Castigo a los salarios que incentivan el riesgo

La reforma de la directiva sobre capital mínimo incorpora por primera vez normas de obligado cumplimiento sobre los sistemas de remuneración en el sector financiero.Las enmiendas a ese texto propuestas ayer por la Comisión Europea facultan a las autoridades nacionales para imponer sanciones a las entidades cuyos sistema de salarios y bonos alienten la asunción de riesgos desproporcionados.Hasta ahora, la Comisión se había limitado a presentar una Recomendación en ese sentido. Pero las críticas de algunos países, con Francia a la cabeza, a la actitud aparentemente complaciente de la Comisión con las causas de la crisis financiera, están obligando al organismo comunitario a endurecer su respuesta."Obligaremos por ley a los bancos y a las firmas de inversión a tener política salariales coherentes con una gestión efectiva de los riesgos", señaló ayer el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso. Su lugarteniente financiero, el comisario de Mercado Interior, Charlie McCreevy, añadió que las nuevas normas "están pensadas para poner fin a la cultura de riesgos excesivos para un éxito a corto plazo a costa de la rentabilidad a largo".El departamento de McCreevy reconoció que la iniciativa llega después de que algunas autoridades nacionales, como las francesas o las británicas, ya hayan empezado a estrechar su vigilancia sobre los mecanismos de remuneración. "Si sus normas son más duras", concedieron, " podrán continuar con ellas, porque no se trata de una armonización de máximos sino de fijar un marco común para toda la UE".Bruselas sólo exigirá que la política salarial de una entidad la fije su órgano de supervisión, y que sea revisada anualmente por un órgano interno pero independiente.La directiva reclama también un "equilibrio" entre la parte fija y variable de los salarios.Si una entidad incumple esos objetivos, el regulador nacional podrá imponerle sanciones económicas o aumentarle las exigencias de capital mínimo para seguir operando.

Disuasorio

Las exigencias de capital que se impondrán a las operaciones de titulización más sofisticadas y opacas podrían tener un efecto disuasorio.En los casos más extremos, las entidades tendrán que triplicar el capital para cubrir el posible descalabro de esas inversiones.En las operaciones a corto plazo, el requisito de capital puede doblarse.

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