La necesidad de los 'stress test'
Parece otra de esas palabras en inglés que tanto nos gusta utilizar a los profesionales del sector financiero -supongo que para darnos importancia-, pero es algo más: es una buena idea. Más conocida por haberse utilizado para medir la capacidad de los bancos norteamericanos para hacer frente a la crisis, también es de aplicación a algo más cercano: las gestoras de fondos de inversión.
Los organismos reguladores del mercado español no quieren que se repitan situaciones en las que los partícipes de un fondo deciden retirarse como Fuenteovejuna (todos a una) y se encuentran con que la gestora no puede atender los reembolsos porque los activos del fondo no son suficientemente líquidos. El regulador quiere que las gestoras simulen una hipotética salida masiva de partícipes y ver si sus fondos estarían en condiciones de asumirla.
El problema podría darse, por ejemplo, en algunos fondos de renta fija privada. Este año ha sido una excelente idea invertir en este tipo de fondos, y quien suscribe ha sido uno de sus más ardientes defensores, pero no es lo mismo tener en cartera una gran emisión de deuda empresarial -muy líquida- que un título hipotecario emitido por una caja. La liquidez de este último puede ser comparable a la del "chicharro" más "chicharro" de la Bolsa. Pero ambas entran dentro del paraguas "renta fija privada", por lo que al calor de las revalorizaciones que ha habido este año hay entidades que ofrecen estos fondos en los que es fácil entrar, pero no tanto salir.
Los resultados del stress test servirán para que los inversores tomen nota de que no todos los fondos son iguales, por mucho que sean de la misma categoría, y de que a la hora de elegir uno es fundamental conocer sus "tripas". Así se evitarán disgustos.
Víctor Alvargonzález. Consejero delegado de Profim, Análisis y Selección de Fondos