Sólo la banca capitalizada da confianza
La situación financiera general sigue siendo tensa. El crecimiento del crédito bancario al sector privado continúa desacelerándose en las economías avanzadas, los mercados de titulización fuera de los respaldados por el sector público se mantienen atascados y el acceso de los prestatarios de menor calidad al financiamiento de los mercados de capitales es escaso. El riesgo de una crisis mundial generalizada se ha moderado; pero no hay que bajar la guardia. ... A pesar de los aumentos recientes de capital de los bancos, es preciso asegurar niveles adecuados de cara al futuro a medida que aumentan las tasas de incumplimiento (impagos) ...; los bancos viables con déficits de capital deberán presentar planes de acción para aumentar sus coeficientes de solvencia ... y debe iniciarse lo antes posible el proceso de resolución (depuración) de los no viables". Este es el resumen que hace el Fondo Monetario Internacional de la situación del sistema financiero hoy, donde advierte que la regeneración duradera de los mercados para una intermediación eficaz dista mucho de estar asegurada. No existen, por tanto, los instrumentos precisos que proporcionen la confianza imprescindible para que el mercado financiero funcione. No ha concluido la crisis financiera.
No obstante, el informe presentado por el director general de Asuntos Monetarios del FMI, José Viñals, admite que la situación ha mejorado en el último año y los riesgos sistémicos están bajo control. Los pasos que el propio G-20 se comprometió a dar ya en noviembre en Washington se van cumpliendo, aunque sea de manera lenta, y van devolviendo, de manera lenta también, la estabilidad al mercado mundial del dinero.
Ayer el Reino Unido, con el sistema financiero más expansivo del planeta antes de la crisis y con el más intervenido tras ella para evitar su quiebra, estableció nuevos instrumentos de control de la actividad bancaria. España, con el más sólido a juzgar por los resultados y con un modelo de supervisión a replicar en el exterior, aprobó también ayer, por fin, en el Parlamento el mecanismo para financiar la reestructuración bancaria a la que no podrá escapar, pese a las virtudes de su banca.
Al menos en este asunto existe consenso político entre los dos grandes partidos, y las críticas únicamente se enarbolan desde las regiones que quieren conservar determinadas cuotas de poder financiero con unas cajas que, salvo contadísimas excepciones, tienen un futuro incierto. Pero no habría estado de más que un fondo que absorberá casi el 10% del PIB y que será financiado mayoritariamente con dinero público hubiese salido del Parlamento tramitado como proyecto de ley, y con más debate del que aconseja una urgencia hasta ahora no probada. A partir de ahora, el Banco de España tiene que acelerar la reestructuración que el sistema necesita y que tiene ya dibujado en función del estado financiero de cada entidad.