150 años de prisión para Madoff, el mayor estafador de la historia
Los bisnietos de Bernard Madoff serán ya mayores cuando se cumpla la condena que ayer impuso el juez Danny Chin sobre este inversor, acusado del mayor fraude de la historia. Con la cabeza baja y en una sala repleta de sus víctimas, Madoff oyó cómo el juez le imponía una condena ejemplar de 150 años de cárcel tras calificar sus crímenes como "extraordinariamente malvados".
Una condena de 150 años es académica y simbólica. Y eso es algo que quiso dejar claro el juez Chin cuando dictaminó su veredicto aunque horas antes, cuando comenzó la vista en el tribunal, dijo que iba a ser "razonable". Madoff, acusado de defraudar a ahorradores e inversores una cantidad que se disputa que esté entre los 13.000 millones de dólares y los 65.000, se hace así acreedor de la condena máxima solicitada por la fiscalía pese a los esfuerzos de su abogado, Ira Sorkin, de conseguir una cierta clemencia.
El despacho español Cremades & Calvo-Sotelo, que representa centenares de perjudicados en este caso, y que lidera la Alianza de Despachos de Abogados del Caso Madoff, calificó ayer de "ejemplar" la condena impuesta. Ningún empresario o financiero, ni siquiera los de Enron o Worldcom, han sido antes condenados a semejantes penas. Madoff pasará el resto de su vida en un penal de baja o media seguridad.
La sala del juzgado, en la que cabían algo más de 200 personas, y estaba llena, estalló en aplausos y lágrimas al oír la decisión de un juez que calificó de "extraordinariamente malignos" los crímenes del reo. Madoff confesó estos crímenes de fraude y lavado de dinero, 11 en total, el pasado mes de marzo, sin involucrar a nadie más, algo que se ha merecido el total escepticismo de las víctimas y los abogados. Madoff confesó sus crímenes en diciembre y siempre mantuvo que había actuado solo en una compleja operación de fraude piramidal. Según se descubrió luego, quien fuera un famoso inversor de difícil acceso, no había hecho transacciones con el dinero que recibía desde hacía años. En marzo, Madoff se declaró culpable ante el juez. La única persona que ha sido señalada por la justicia ha sido David Friehling, su auditor, que ha sido acusado de mentir sobre su trabajo.
Antes de dictar condena, tuvieron ocasión de hablar nueve de sus víctimas, quienes describieron el drama de unas vidas descapitalizadas al volatilizarse todos sus ahorros.
Madoff, que lleva en un centro de detención desde marzo, ha perdido peso. Ayer le temblaba la voz cuando tuvo ocasión de hablar. Cara al juez y de espalda a sus víctimas admitió que dejaba "un legado de vergüenza" y que no había excusas para una persona que había engañado a los inversores, a sus hijos y hermanos y a la mujer que había compartido con él 50 años de vida". Con todo, se volvió a las víctimas para pedirles perdón.
Tras el cierre de la vista, ya en la calle, muchas de esas víctimas seguían hablando de traición y de lo que importaba ahora: recuperar el dinero.
"No te preocupes, el dinero está a salvo"
El simbolismo es importante dijo el juez Danny Chin ayer tras condenar a 150 años a Bernard Madoff. El juez señaló que el fraude y la quiebra de la confianza en el sistema había sido masiva y que lo que más le había llamado la atención es que Madoff no había recibido ninguna carta de apoyo de nadie. Chin mostró su repulsa por la actitud del inversor en un caso particular, el de una mujer que acababa de enviudar y a la que Madoff abrazó y dijo "no te preocupes, el dinero está a salvo conmigo".No fue el único agravio que se expuso ayer en la sala del tribunal en la que hablaron sobre todo los ahorradores y pensionistas de clase media y no los grandes inversores. Mirian Siegman, de Stanford Connecticut fue una de las nueve víctimas que habló antes de que el juez dictara su condena. Siegman dijo que ahora vive del subsidio social y compra en el supermercado con cupones de comida. Esta mujer dijo que recogía latas y botellas para reciclar y ganar algo de dinero."Estoy aceptando dinero de amigos y familia para pagar la luz y el agua", comentaba una víctima. Otro de ellos, Bert Ross, invocó la Divina Comedia para recordar que Dante decía que el fraude es el peor de los crímenes.
Ruth Madoff
Ruth Madoff esposa de Bernard Madoff ha sido muy criticada por su silencio. Ayer, en un comunicado, expresó sus sentimientos de simpatía hacia las víctimas. "Como todos, me siento traicionada y confundida, el hombre que ha cometido este horrible fraude no es el hombre que conozco desde hace años"
Cabos sin atar en un gran fraude
Opciones para las víctimas. El despacho Cremades & Calvo-Sotelo, representante de más de un centenar de afectados por el caso Madoff, destacó ayer que la sentencia no soluciona los perjuicios de los miles de afectados. De hecho, muchos de ellos van a utilizar la vía judicial y extrajudicial durante más de una década, según prevén los expertos, para tratar de recuperar su dinero. Algunas de las víctimas, quienes invirtieron directamente y no a través de fondos, van a recibir un máximo de medio millón de dólares de la Corporación de Protección a los Inversores (SIPC). El resto, si es caso, se recuperará de lo que el fideicomisario pueda captar en el proceso de liquidación de bienes de Madoff. Hasta ahora, ha recuperado 1.200 millones de dólares que incluyen los 235 millones con los que el Banco Santander zanjó responsabilidades extrajudicialmente por sus inversiones.
Cuantía del delito. Ira Sorkin, el abogado de Bernard Madoff ha dicho que la cifra de 65.000 millones de dólares (unos 46.150 millones de euros) en la que se ha cifrado el fraude es exagerado. Esa es la cantidad que las víctimas dicen que se les debía, su inversión principal y sus rendimientos a la fecha de su detención. El fideicomisario judicial, Irving Picard, que está buscando la manera de compensar a las víctimas ha estimado que las pérdidas netas están en torno a los 13.200 millones de dólares (9.371 millones de euros) desde 1995, el dinero que se invirtió.
Fin del patrimonio. La esposa de Madoff, Ruth, acordó este pasado fin de semana renunciar a decenas de millones de dólares del patrimonio de la familia, entre ellos el piso valorado en siete millones en el que vive en Manhattan. La esposa de Madoff conservará 2,5 millones.