Almunia pide más Europa ante la crisis
El comisario constata el fin de la "caída libre", pero augura dificultades en el empleo.
Ya no estamos en caída libre como estuvimos en los dos últimos trimestres". El comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Joaquín Almunia, se unió ayer con estas palabras a los defensores de que la crisis ha tocado fondo. En un desayuno de trabajo del Foro CincoDías, patrocinado por Accenture y Banco Madrid, Almunia dibujó un panorama con luces y sombras sobre el futuro económico del continente. De un lado, los retrocesos del PIB irán disminuyendo en los próximos trimestres hasta volver al crecimiento a principios de 2010 (el comisario matizó que las previsiones deben ser tomadas con cautela en las actuales circunstancias y, en el caso de las referentes a España, "aún con más cautela"). Por la otra, habrá que acostumbrarse a sufrir "durante más de varios trimestres" a unos niveles de desempleo "extraordinariamente elevados".
Pero, a su juicio, el principal problema que afronta Europa es que los grandes países "tienen visiones particulares" de la construcción continental y no existe una común, algo fundamental ante la recesión más grave en seis décadas. Sin caer en el pesimismo, "porque Europa siempre ha salido adelante", Almunia subrayó la necesidad de lograr "más Europa" y trabajar para mejorar el grado de integración existente en el seno de la Unión Europea. A este respecto, el comisario advirtió de que la falta de unión y las tentaciones de un "sálvese quien pueda" mediante soluciones nacionales puede provocar que la UE "no se quede donde está, sino que vaya hacia atrás".
Reformas post-Lisboa
Dentro de ese mensaje de integración, Almunia reclamó un programa de reformas estructurales que sustituya a la Agenda de Lisboa en la próxima década, y que debería incluir políticas comunes en cuatro "ámbitos clave". El primero, la educación y la formación, "para evitar que millones de europeos se conviertan en parados de larga duración". El segundo, referido a un mercado de trabajo que, sin descuidar la protección, debería elevar la movilidad, la formación y la ligazón de los salarios a la productividad. El tercer elemento es el de la investigación y desarrollo. Y no por falta de fondos, sino por la necesidad "de gastar de forma eficiente". El último punto citado por el ex secretario general del PSOE se refiere a la directiva de servicios, que, como recordó, en su polémica tramitación coadyuvó a la negativa de Francia en el referéndum de la Constitución Europea. En ese sentido, tanto la ley paraguas como la ley ómnibus que la trasponen tienen "una importancia crucial, y afectan de manera muy directa a los ciudadanos".
El responsable de la Comisión considera también prioritaria la discusión de las estrategias de retirada de los estímulos fiscales, aunque, a su juicio, todavía no sea tiempo de ejecutarla, incluso "no se debe cerrar la puerta a nuevas actuaciones si la demanda privada no se recupera como se espera". Esa futura retirada del impulso presupuestario debería preceder, según Almunia, a la del estímulo monetario, que también requerirá coordinación entre los bancos centrales. Como recordó, los primeros síntomas de recuperación han abierto una nueva escalada en el precio del petróleo, que puede suponer tensiones inflacionistas a medio plazo. A la vista de que el ya limitado crecimiento potencial europeo se reducirá a raíz de la recesión (por las caídas de sectores como el de la construcción), esas tensiones tendrán más importancia que nunca.
Las expectativas apuntan a que la recuperación de Estados Unidos podría comenzar en ya este año, antes, por tanto, que la europea. Almunia reflexionó sobre los motivos de ese desfase, cuando la crisis financiera surgió al otro lado del Atlántico y los países europeos "habían hecho los deberes" en materia de disciplina fiscal. A su juicio, Europa adolece de problemas particulares, que van desde la dependencia alemana de las exportaciones hasta el desplome de la inversión exterior en los países del Este, pasando por la sobredimensión del sector residencial en España o el Reino Unido. Almunia recordó que la respuesta fiscal a la crisis ha llevado a una escalada de deuda pública "que acabará repercutiendo en los tipos de interés".