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Tribuna
Columna
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El FROB inicia su andadura

Imagino que a estas alturas ya conocerán las características generales del nuevo Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) que ha aprobado por decreto-ley el Gobierno. De hecho, en las últimas semanas diferentes medios han ido publicando información parcial de la nueva entidad que se iba a crear. Lamentablemente, parece no haberse alcanzado el consenso necesario para que haya sido soportado por el conjunto de la clase política.

Aunque dada la importancia del potencial problema que intenta resolver, su objetivo implícito de lograr una mayor confianza sobre el sector financiero español, sin duda debemos felicitarnos por su creación. Además, el papel fundamental que tendrá en su funcionamiento el Banco de España garantizará su eficacia y racionalidad. Aunque las diferencias son evidentes, en Estados Unidos el test de estrés ha logrado convertir el riesgo de una crisis sistémica en la banca a problemas individuales. La transparencia ha sido fundamental para lograrlo. También, naturalmente, conocer que había respaldo financiero público en caso de que las entidades con problemas no obtuvieran capital en el mercado. Por el momento esta opción no se ha utilizado. Incluso hay entidades que han cubierto su necesidad de capital en el mercado en exceso, ante su recuperación entre otras cosas por el propio examen, devolviendo al Tesoro norteamericano las ayudas aportadas inicialmente.

Según el real decreto, el FROB tendrá dos objetivos explícitos: gestionar los procesos de reestructuración de entidades y contribuir a reforzar los recursos propios en los procesos de integración. Siempre estamos hablando de una potencial necesidad de ajustar el tamaño y solidez del sistema financiero español ante "la interacción de la persistencia de problemas de liquidez y financiación con el deterioro de sus activos, el aumento de la morosidad y la disminución del negocio". La combinación de la crisis financiera y económica, la contracción del tamaño de los mercados, todo ello configura un escenario muy complicado para las entidades financieras a nivel mundial. Presente y lamentablemente también futuro.

La fuerte recuperación reciente de los mercados no debe llevar a la complacencia a las autoridades, ante el riesgo de que muchos de los problemas actuales sean estructurales y no tanto puntuales. Es en este sentido donde se hace imprescindible que las autoridades económicas tomen medidas para anticipar su coste y facilitar el posible ajuste de las entidades financieras.

El Fondo tendrá un capital de 9.000 millones de euros, el 75% aportado por los Presupuestos Generales del Estado y el resto por el Fondo de Garantía de Depósitos. Además, podrá obtener financiación adicional en los mercados financieros por otros 90.000 millones de euros con el aval del Estado. Pero su aprobación irá en varias etapas, con 27.000 millones ya otorgados para este año.

Dentro de su objetivo de facilitar la reestructuración de las entidades de crédito, siempre que exista un plan de viabilidad aprobado por el Banco de España, el FROB podría apoyar financieramente a los fondos de garantía de depósitos para que realicen su gestión. Sólo en el caso de problemas graves de la entidad (bien que persista la debilidad o por supuestos tasados), la autoridad monetaria iniciaría la fase de intervención a través del FROB.

¿Y el posible apoyo del Fondo a los procesos de consolidación del sector? Según el real decreto, "el FROB puede apoyar procesos de integración entre entidades dirigidos a mejorar su eficiencia a medio plazo". De nuevo, un plan de estas características deberá tener la aprobación previa del Banco de España en caso de que requiera financiación del Fondo. Y en cinco años deben ser devueltos los fondos. Lo contrario convertiría los fondos aportados en capital de la entidad. Naturalmente, el Banco de España realizará un seguimiento exhaustivo de las medidas tomadas y podrá requerir acciones adicionales cuando sea necesario.

¿Quedan flecos sin resolver? Siempre los hay en cualquier proyecto de la importancia y envergadura del FROB. Como he comentado al principio, la ausencia de un consenso político ya supone una deficiencia de partida. Espero que se solucione con el tiempo. Pero también estoy totalmente convencido de que estos inconvenientes iniciales quedan compensados en estos momentos por la necesidad de tomar medidas que nos ayuden a clarificar el escenario. El potencial coste de aplazar en el tiempo la toma de medidas es demasiado elevado.

José Luis Martínez Campuzano. Estratega de Citi en España

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