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Debate abierto. Industria y costes energéticos
Tribuna
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Emisión primaria de demanda eléctrica

Sólo han pasado 10 meses desde que Fortia, la central de compras de electricidad de los grandes consumidores industriales, echara a andar y llama la atención el camino recorrido. Hay que recordar cómo, en pocos meses, 17 grupos empresariales de sectores industriales tan diversos como el siderúrgico, el cementero, el metalúrgico o el químico, pudieron ponerse de acuerdo para crear una empresa y suministrar nada menos que 18 TWh al año -el 7% de la demanda eléctrica peninsular- y superar así el final de las tarifas de alta tensión decidido por la Administración el 1 de julio de 2008.

Durante décadas, la tarifa había sido para estos sectores industriales la referencia del coste de la electricidad, materia prima esencial en sus procesos, y proporcionaba una firme orientación para la toma de decisiones de producción e inversión. Ahora la industria electro-intensiva ha encontrado con Fortia una fórmula independiente de acceso al mercado en condiciones de igualdad con respecto a los operadores mayoristas, lo que permite diversificar el aprovisionamiento mediante compras y contratos a muy diferentes plazos. Se trata de una plataforma de bajo coste, que opera siete días por semana y es capaz de identificar y arbitrar las oportunidades de los mercados.

El reto para Fortia no ha podido ser más estimulante. En estos meses, las variaciones en los precios de las materias energéticas y las indisponibilidades del parque generador han llevado al mercado eléctrico a situaciones extremas. Los precios han pasado por máximos históricos durante el verano de 2008, justo cuando Fortia iniciaba su andadura, para retornar posteriormente a los niveles de 2007. Desafortunadamente la brusca caída de la demanda industrial, que ha afectado al consumo de electricidad de los socios en casi un 40%, es ahora un factor más importante para ellos que la propia bajada en los precios. A pesar de esta coyuntura adversa, el proyecto de Fortia ha salido reforzado y ha podido dar prueba de su solidez ante operadores y proveedores, en gran medida gracias a la sinergia resultante de una consolidación precisa y ordenada de las necesidades de los socios. Esta garantía de grupo es una fuente de valor adicional que el mercado de generación comienza a reconocer por la seguridad añadida que ofrece en comparación con una cobertura directa con clientes, quienes pese a presentar una excelente calidad crediticia, pueden verse inmersos en situaciones comprometidas a la hora de hacer frente a los volúmenes acordados con sus proveedores.

Fortia es un proyecto nacido por y para el mercado y, por tanto, es parte interesada en que éste sea eficiente y competitivo. Fortia también entiende que la complejidad de los mercados de energía exige una continua confirmación y adecuación de las reglas que los ordenan y que el mejor servicio que pueden hacer los agentes del mercado es dar su opinión a los reguladores sobre los aspectos que puedan ser considerados como mejorables. Y en este sentido procede formular una opinión, desde el punto de vista del comprador, sobre las subastas de emisión de energía primaria (EPE), creadas en 2003 en el marco de una ley de medidas de reforma económica, pero que no vieron la luz hasta 2007, y que ahora se encuentran a la espera de la decisión del Gobierno sobre un nuevo calendario de subastas con la indicación de la potencia obligatoria a ofertar.

Las EPE han resultado ser un instrumento eficaz para crear liquidez en el mercado a plazo y para restringir la capacidad de los operadores dominantes de influir en los precios del mercado diario. Pero urge ampliar el programa EPE en volumen efectivo de oferta (el RD 324/2008 fijaba un volumen anual de 1.950 MW por generador pero sólo se han adjudicado 790) y en duración (limitada a 12 meses frente a los 36 aplicados en Francia), quizás mediante una indexación de los productos a combustibles. Para conseguir el fin perseguido por la Administración con estas subastas, obligatorias para los emisores, es preciso introducir algunas correcciones como mantener opacos para los vendedores los detalles de los adquirentes, garantizar que el precio de reserva (precio mínimo de venta) no reduzca la oferta, como ha ocurrido en la séptima edición, o evitar la concatenación de las subastas EPE con las de Cesur (compra de distribuidores a tarifa) para no sacrificar gran parte de la liquidez que se pretendía crear.

Juan Estarellas. Presidente de Fortia y director general de ArcelorMittal España

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