Blackrock cierra la compra de la filial de inversión de Barclays por 9.630 millones
Blackrock dio ayer un decidido paso para transformarse en un titán de la gestión de carteras. La entidad, que hace 21 años dirigía sus operaciones desde una humilde oficina de una sala, cerró ayer la compra de Barclays Global Investors, la división de inversión de este banco británico. La operación, valorada en 13.500 millones de dólares (9.630 millones de euros) pone bajo el mismo techo la gestión de activos valorados en 2,8 billones de dólares, casi el doble que hasta ahora.
La gestora presidida por Laurence Fink pagará a Barclays 6.600 millones de dólares y el resto en acciones que dan al banco el 19,9% de la firma y derecho a dos consejeros (el consejero delegado, John Varley, y el presidente Robert Diamond). Blake Grossman, consejero delegado de la filial, será el vicepresidente de la nueva Blackrock Global Investors.
La entidad resultante se coloca como líder en un sector en el que quedan por detrás State Street y Fidelity.
La firma de Fink ha financiado la operación con una ampliación de capital de 2.800 millones de dólares que ha colocado entre inversores institucionales. El propio Barclays y otros bancos han prestado otros 2.000 millones más. La dilución hace que Bank of America, tenedor del 47% de esta firma, rebaje su participación al 34,2%.
Barclays se embolsa 8.800 millones, algo que le permitirá reforzar su base de capital después de no aceptar la ayuda que ofrecía el Gobierno británico. El banco ha sido asesorada por Barclays Capital y Lazard y el equipo de asesores de Blackrock ha estado dirigido por Citigroup y Credit Suisse.
Fink, uno de los hombres más influyentes en Wall Street, asegura que esta operación supone toda una transformación en el negocio de su firma. Es, desde luego, la mayor compra que ha hecho Blackrock, desde que en 2006 compró la división de inversión de Merrill Lynch por 8.500 millones de dólares. La participación de esta entidad en la firma de Fink era una de los atractivos más importantes de un banco que tras esta crisis forma parte de Bank of America.
Pero además de tamaño, Blackrock, que empezó como gestor de bonos y ha ido diversificándose, ahora podrá ofrecer a sus clientes -instituciones como fondos de pensiones o soberanos- una amplia cartera de ETF, un producto estructurado muy favorecido por los inversores y en el que Barclays es uno de los grandes.
La firma, que hasta ahora ha fusionado sin traumas sus compras, estará presente en 24 países y tendrá una plantilla de 9.000 empleados