Baño de economía en los veranos universitarios
La situación económica actual se ha convertido en la asignatura central de las universidades estivales. Los rectores, a su vez, han tenido que imponer mesura en la gestión del presupuesto.
El inventario de los cursos de verano universitarios siempre tuvo hueco para la economía y otros elementos colaterales a esta ciencia. Pero en 2009, la incidencia de la crisis en el sistema mundial y en nuestro devenir cotidiano -resulta imposible que transcurra el día sin oír la dichosa palabrita- aúpa la materia dentro del catálogo de la oferta.
"La crisis va a ser un argumento central porque es un acontecimiento fundamental para la sociedad", explica Alfonso Pérez-Agote, director de los cursos de verano de la Universidad Complutense de Madrid (UCM). "El dinero es un medio de cambio generalizado. Por tanto, en una coyuntura como la actual, con un crac financiero y una falta de confianza en el crédito, tiene una fuerte dimensión social", detalla el director y sociólogo, que se estrena en el cargo en esta vigésima segunda edición del programa estival de la UCM.
La institución aborda las recientes turbulencias económicas y sus efectos en un número importante de los 62 cursos y 36 encuentros que se celebrarán en San Lorenzo de El Escorial, del 6 de julio al 7 de agosto. Y lo hace directa e indirectamente: "Decidimos atacar el tema desde el principio y organizamos una serie que trata la crisis en sí misma y los aspectos más novedosos de ésta, como la quiebra de las grandes entidades financieras estadounidenses y la repercusión de este hecho en nuestro territorio. No obstante, la crisis también planea en otros cursos y desde otros puntos de vista: los sistemas energéticos sostenibles, el cambio climático, el nuevo modelo productivo o la precariedad laboral".
Este patrón combinado, donde la crisis se manifiesta en vertical pero también transversalmente, es el adoptado por la mayoría de las universidades españolas. En parte, por exigencias del guión. Según indica, Joan del Alcàzar, director del Centre Internacional de Gandía, que depende de la Universidad de Valencia y acoge la Universitat d'Estiu de Gandía, "la economía está siempre presente como disciplina, lo que ocurre este año es que los factores económicos aparecen más acentuados en seminarios que estudian materias diferentes". Incluso los centros con una fuerte vocación técnica han asumido que la coyuntura salpica su núcleo duro. Rafael Sanjurjo, director de los cursos de verano de la Universidad Politécnica de Madrid, asegura que "el programa está repleto de aspectos relacionados con la economía, porque la crisis vigente alberga un sinfín de matices que afectan a las titulaciones más técnicas".
La Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) ha diseñado en total 207 actividades académicas dentro de su tradicional propuesta de verano. Desde el 15 de junio y hasta el 11 de septiembre, la incertidumbre económica y su impacto multidisciplinar será uno de los ejes primordiales de las jornadas que se celebran en Santander. El objetivo resulta ambicioso: analizar y buscar las bases de la recuperación. Así lo confirma el rector, Salvador Ordóñez: "Intentaremos debatir sobre lo que puede convertirse en el nuevo modelo de crecimiento para después de la crisis".
La pregunta que se hacen muchos es si es éste el foro adecuado para extraer soluciones. Los centros de educación superior soportan sobre sí la sempiterna duda respecto a su capacidad para generar ideas y alternativas prácticas. Algunas voces les recriminan una excesiva delimitación al enfoque teórico y una preocupante lejanía con la realidad. "Es un error", defiende Pérez-Agote. "En la universidad alguna gente ha perdido el pulso de la calle, pero también se encuentran muchísimos investigadores que analizan problemas actuales".
Habitualmente, estos estudios y ensayos carecen de repercusión mediática. No sucede así con los cursos de verano, donde la concurrencia de personalidades destacadas y expertos de prestigio suele garantizar un mínimo de atención. No todas las instituciones académicas compiten en este modelo mixto de docencia -con profesores y especialistas invitados-, pero las que apuestan por él, suelen despertar el interés y hacer bullir la confrontación de opiniones en una época del año bastante calmada. "Los cursos de verano son un recurso de la universidad para producir un impacto social. Eso es fundamental, porque ésta tiene muchísimo que decir", concluye el director del programa de la UCM. "Dar respuestas a las demandas más vivas desde lo académico, de ese equilibrio depende el éxito", zanja Consuelo Gómez, directora de los cursos de verano de la UNED, que ya incluyó la crisis en su repertorio del año pasado y que, esta temporada, aborda específicamente esta cuestión en seis cursos.
Políticos, altos ejecutivos de empresas y científicos, entre otros, se volverán a sentar en esta tribuna en 2009. En consonancia con el peso ganado por la economía, el elenco de personajes procedentes de este campo resulta abundante. Marcos Peña, presidente del CES (Consejo Económico y Social); Petra Mateos, presidenta de Hispasat; Paolo Vasile, consejero delegado de Telecinco; Silvio González, consejero delegado de Antena 3, o los economistas Guillermo de la Dehesa, José María Roldán, Paul de Grauwe y Ángel Martínez González-Tablas componen, entre otros, el cartel reunido por la UCM.
La UIMP, por su parte, abre las puertas al periodista Miguel Ángel Noceda, presidente de APIE (Asociación de Periodistas de Información Económica) y a José María Labeaga Azcona, director general del Instituto de Estudios Fiscales, así como a una veintena de directivos y presidentes de las grandes compañías nacionales como, por ejemplo, Abertis, Telefónica, FCC, Banco Santander o BBVA. Destaca, asimismo, el ponente encargado de oficiar el acto de inauguración de los Cursos de Verano 2009 de las Universidades Navarras, cuya organización recae, en esta ocasión, sobre la Universidad de Navarra (UNAV). Se trata de Leopoldo Abadía, antiguo profesor del IESE y autor del libro La crisis Ninja y otros misterios de la economía actual, quien últimamente se ha prodigado en los medios de comunicación donde ha expuesto sus tesis.
"Muchas veces estamos indefensos ante las opiniones de los especialistas económicos que nos llegan a través de los medios de comunicación. Tener la oportunidad de asistir a una conferencia en la que un experto te explica estos temas con cercanía es muy valioso", afirma Marta Revuelta, directora del Servicio de Actividades Culturales de la UNAV. Esa vocación de servicio, no sólo a los estudiantes vinculados al centro, sino a otro tipo de auditorio más heterogéneo, se encuentra en la esencia misma de estos cursos. El saber por saber, sin títulos ni méritos a cambio.
La austeridad cala en la gestiónalumnos
Las universidades enfocan la ralentización económica como una contrariedad en el entorno social y político; pero de puertas para adentro, ¿repercute la coyuntura? Los centros de referencia aseguran que, aunque corren malos tiempos para obtener fondos, han sido capaces de mantener los presupuestos de sus cursos de verano en las mismas cifras que en ediciones anteriores. La UIMP y la UCM son las dos instituciones que más recursos destinan a la programación estival: un montante aproximado de cuatro millones de euros. Este total se consigue gracias a las aportaciones públicas de las Administraciones regionales y estatales, pero también a la financiación privada de diversas entidades y empresas.El Santander -a través de su División Global Santander Universidades- es el benefactor más relevante, una vez que Caja Madrid decidió no renovar el convenio de colaboración con la Complutense. El banco contribuye con cerca de la mitad de la cantidad que maneja la UCM y con un 20% del presupuesto de la UIMP. Además, respalda económicamente a las universidades Politécnica de Madrid, de Valencia, de Burgos, de La Rioja, de Oviedo, de Valladolid, de Zaragoza, de Córdoba, Cardenal Herrera CEU y Europea Miguel de Cervantes. Sobre el importe que gestionan los centros revierten múltiples gastos: instalaciones, honorarios de los profesores e invitados, ayudas al estudio, etc.Este año, los responsables de los programas admiten que la voluntad de austeridad ha calado más profundamente en la organización. Un ejemplo de ello es la reducción en dos semanas del programa convocado por la UCM, en San Lorenzo de El Escorial. "Hemos recortado la duración en parte obligados por un principio de eficiencia económica, pero también por una necesidad de eficiencia académica", explica el director Pérez-Agote.
Cursos y horaios
Universidad Menéndez PelayoLa profundidad de la crisis y su repercusión en el sector financiero y en otros sectores de la economía. Del 15 al 19 de junio. Matrícula: 129 euros.VIII Encuentro Santander- América Latina: todos contra la crisis económica. 6 y 7 de julio. Matrícula cerrada.El impacto de la crisis en el sistema de protección social. Del 13 al 17 de julio. Matrícula: 129 euros.Retos de la economía española: bases para la recuperación. Del 7 al 9 de septiembre. Matrícula: 170 euros.Incidencia de las tres crisis: en el sector energético, la subida de precios de los alimentos y el cambio climático en el hambre en el mundo. Del 9 al 11 de septiembre. Matrícula: 129 euros.
Universidad Complutense de MadridLa crisis financiera. 6 y 7 de julio.El cambio del modelo productivo: una necesidad para el futuro. 6 y 7 de julio.La presidencia española de la Unión Europea en un mundo en crisis. Del 6 al 8 de julio.Crisis económica y modelo territorial: la España autonómica del siglo XXI. Del 13 al 17 de julio.(Tasas: de 77 a 522 euros)Lo que cobranUniversidad Menéndez Pelayo. Director del curso: residentes, 767 euros; no residentes, 830 euros. Secretario: residentes, 420 euros; no residentes, 467 euros. Una conferencia: residentes, 420 euros; no residentes, 467 euros. Mesa Redonda y moderación: residentes, 163 euros; no residentes, 180 euros.
Universidad Complutense. Director del curso: 1.082 euros. Director del encuentro: 700 euros. Secretario del curso: 722 euros. Secretario del encuentro: 500 euros. Conferenciante: 433 euros. Mesa redonda: 217 euros.
Alumnos
A falta de varios días para el cierre del plazo de matriculación, las universidades se encuentran satisfechas con la asistencia prevista. Temían una posible abstención de alumnos, por las dificultades para pagar las correspondientes tasas, pero los datos son similares a la participación de 2008. El esfuerzo por ofrecer una cartera atractiva y la intensificación de las becas y descuentos parecen haber evitado el posible descalabro.