Fiat compra Chrysler y se convierte en la sexta automovilística del mundo
El pacto mediado por el Gobierno de Barack Obama que une los destinos de Fiat y Chrysler se cerró ayer, apenas horas después de que el Tribunal Supremo de EE UU desestimara una petición de los acreedores minoritarios de la marca de Detroit para parar la transacción. Fiat se convirtió así en la sexta automovilística del mundo.
Enhorabuena". Con esta contundente felicitación empezó Bob Nardelli, ya ex consejero delegado de Chrysler, una carta a los empleados de esta automovilística de Detroit. El fabricante del Jeep entró en concurso de acreedores el 30 de abril y salió ayer de este proceso judicial tras la venta de su 20% (con opción un 15% adicional) a la italiana Fiat. La empresa, presidida por Sergio Marchionne, gana así el control de la compañía de Detroit y se convierte en la sexta automovilística del mundo con una producción de 4,5 millones de vehículos (dos de ellos de la marca italiana), un volumen que le permite aspirar a los seis millones de unidades, algo imprescindible para ser rentable. La operación ha estado bendecida y financiada por el Tesoro estadounidense. Con esta venta, el Gobierno de Barack Obama completa, al menos por ahora, la reestructuración de las dos compañías nacionalesen quiebra.
La compraventa de Chrysler se cerró a primeras horas de la mañana de ayer, después de que en la noche del martes el pleno del Tribunal Supremo rechazara el procedimiento planteado por los fondos de pensiones públicos de Indiana para parar la operación. Estos fondos, acreedores de una deuda de 42 millones de dólares (de un total de 6.900 millones) plantearon el domingo una petición de urgencia ante el Alto Tribunal para examinar la legalidad de los acuerdos en el proceso concurso que alteraba la prelación de acreedores y protestaban la ayuda pública a Chrysler. El Supremo lo estudió durante un día y sin entrar en el fondo del asunto lo desestimó por cuestiones de forma.
Marchionne será el nuevo consejero delegado de Chrysler, una empresa que, tal y como recordaban él mismo y su predecesor ayer, está más saneada, es más competitiva y más eficiente tras el proceso concursal. Robert Kidder, ex responsable de Borden Chemical y Duracell, será el nuevo presidente. Nardelli, que afirmaba ayer que en sus 38 años de experiencia nunca había tenido un reto tan duro, vuelve a Cerberus, la empresa de capital riesgo que compró Chrysler a Daimler en agosto de 2007.
Las marcas de Turín y Detroit son complementarias en productos y mercados
Aquella fusión germano-americana no funcionó y ahora la italiana recoge el testigo con una empresa que si bien tiene un balance más competitivo, ha cerrado ocho plantas, se ha deshecho de varias propiedades y eliminado 789 concesionarios, también ha registrado una fuerte caída de ventas (el 45% en el año) y aún tiene que mejorar la imagen y calidad de muchos de sus productos. Tanto Nardelli como Marchionne enfatizaron ayer que habrá dificultades. "Hay muchos retos que superar, pero no me queda duda de que lo conseguiremos", dijo el responsable de Fiat.
Ambas empresas son complementarias. Cada compañía tiene una cartera de productos distintos (grandes sedanes y SUV en el caso de la americana y turismos más pequeños en el de la italiana) y diferentes mercados. Fiat no tiene presencia en EE UU, por ejemplo, pero es importante en América Latina. La italiana aportará a la americana una tecnología de consumo mucho más eficiente. Chrysler podría empezar a vender los primeros coches con el distintivo de la marca de Turín en un año y medio, podría montar un coche basado en el Alfa Romeo 149 en una de las plantas de Detroit y fabricar motores Fiat. Chrysler tiene planes de vender el pequeño Fiat 500 y competir con el Smart de Daimler, un coche que empieza a hacerse hueco en un mercado más preocupado por el consumo.
Chrysler elige 'novio' italiano para sus segundas nupcias
Hace 11 años, la compañía alemana Daimler Benz absorbía a la norteamericana Chrysler en lo que los respectivos directivos calificaron de "matrimonio hecho en el cielo", que dio lugar a una compañía nueva, DaimlerChrysler.Este enlace tuvo momentos bonitos. Sin embargo, la parte alemana no estaba contenta con el acuerdo. Durante varios años, muchos fondos de provenientes de la venta de modelos de Mercedes Benz viajaron dirección a Detroit, lo que ha terminado por perjudicar a la propia marca de la estrella.El presidente de Daimler, Dieter Zetsche, decidió vender Chrysler al fondo de capital riesgo Cerberus, que ha fracasado, con ayuda de la crisis, en la tarea de reflotar la compañía.Para su supervivencia, la marca estadounidense ha vuelto a buscar pareja. En este caso, de la Fiat de Sergio Marchionne, otra empresa que volvió de entre los muertos a mediados de la década. En este caso hay una diferencia, dado que la novia viene con dote. El Tesoro de EE UU ha inyectado 15.500 millones en Chrysler desde enero hasta finales de mayo.