"Polonia es una solución para las constructoras españolas"
El número dos del Ministerio de Economía de Polonia explica los motivos del menor impacto de la crisis frente a otros países del Este, además de las oportunidades de inversión que el mayor país de la ampliación de la UE de 2004 ofrece a las empresas españolas.
Polonia capea la crisis global en mejores condiciones que la mayor parte de Europa, según su secretario de Estado de Economía. Szejnfeld presentó ayer en la sede de la patronal CEOE las oportunidades de cooperación bilateral a un nutrido grupo de empresas, entre las que se encontraban Acciona, FCC, Ferrovial, Iberdrola y OHL.
¿Cómo está afectando la crisis a la economía polaca?
Afecta, por supuesto, pero nos encontramos en una posición relativamente privilegiada. El crecimiento del PIB ha descendido, al pasar de una media del 4,9% en 2008 a un 1,9% en el primer trimestre de este año. Sin embargo, ese dato sigue siendo muy positivo si se tienen en cuenta las caídas de entre el 10% y el 20% que sufren otros países del Este y de entre el 2% y el 10% que drenan a las economías de occidente. Somos uno de los pocos países europeos que todavía crece.
¿A qué se debe ese mejor desempeño respecto a otros países de la antigua órbita soviética?
Hay varias razones. Por una parte, las empresas polacas ya realizaron una severa reestructuración durante la crisis de principios de esta década. Además, los bancos han desarrollado una política crediticia mucho más restrictiva que la de otros países europeos o americanos, y el sistema financiero ha estado sometido a un riguroso control que ha mitigado el impacto de la crisis global.
Desde la entrada en la UE, hace cinco años, el PIB ha crecido un 60% y el salario medio y las pensiones han avanzado en torno al 30%, mientras que el ahorro nacional se ha cuadruplicado. Los 70.000 millones de euros recibidos en fondos estructurales han ayudado, y los hemos sabido aprovechar.
¿En qué medida ha sido diferente la política de su Gobierno?
Hemos orientado la economía hacia la inversión productiva, con la puesta en marcha de la mayor reforma de legislación económica desde el fin del comunismo. Por otra parte, la política presupuestaria ha sido muy restrictiva, posibilitando salvaguardar las cuentas públicas y reducir la presión fiscal.
¿En qué han consistido sus políticas frente a la crisis?
Los programas no contemplan financiación de sectores determinados, ni siquiera el bancario. Hemos aplicado dos tipos de instrumentos: uno, dirigido a facilitar el acceso de las empresas al crédito mediante avales. El otro es una nueva legislación para, mediante ayudas directas a los empresarios, permitir que aguanten los baches temporales de demanda sin despedir a trabajadores. En este grupo de ayudas incluimos también financiación para los parados que tengan préstamo hipotecario.
Algunos países del Este han reclamado ayudas directas a la UE para hacer frente a la crisis. ¿Polonia no las necesita?
En el mundo actual, y más en Europa, todas las economías están estrechamente ligadas, por lo que creemos que la UE debe buscar soluciones conjuntas. No sólo desde los gobiernos de cada país miembro, sino también desde la Comisión y el Parlamento Europeo. Esa interrelación puede servir para que algunos países ayuden a otros, como en el caso de Polonia y España.
¿En qué sentido?
Existe una estrecha relación entre las necesidades de un país y las posibilidades del otro. Las empresas españolas, sobre todo las de infraestructuras (no sólo de transporte, también de energía, medio ambiente o vivienda) están pasando momentos muy malos porque se ha hundido la contratación en España y han crecido las dificultades de financiación. Pero en Polonia sí existe posibilidad de contratar y hay dinero para realizar los proyectos. Creo que es una solución para las constructoras españolas.
¿Qué tipo de proyectos están presentando?
Estamos exponiendo una nueva forma de actuación basada en la cooperación público-privada. Este año ofrecemos centenares de proyectos con esta forma jurídica, valorados en miles de millones de euros. Entre ellos hay construcción de autopistas, puentes y ferrocarriles, y también de depuradoras, vertederos, hospitales, hoteles o centros de ocio. Algunos de ellos estarán relacionados con el Campeonato de Europa de fútbol, que se celebrará en Polonia en 2012. Estamos presentando los proyectos en varias ciudades europeas, como Roma, La Haya, París y Berlín.
¿Qué respuesta ha obtenido de los empresarios españoles?
Hemos encontrado un gran interés, lo que no me ha extrañado, dado que las empresas españolas llevan en el mercado polaco prácticamente desde la caída del comunismo, sobre todo en los sectores de infraestructuras y construcción. Por su larga experiencia, y conocimientos legales, tienen bastantes posibilidades de ganar proyectos.
¿Ofrecen incentivos para la inversión extranjera?
En general, existen dos sistemas de incentivos: uno, el sistema de zonas económicas especiales, en las que los inversores cuentan con exenciones fiscales. El otro, los programas de apoyo a inversiones significativas para la economía, por el que se reciben fondos según el sector (sobre todo, nuevas tecnologías) y la creación de empleo. Además, cualquier empresa que invierta más de 250 millones de euros y dé trabajo a más de 500 trabajadores puede solicitar ayudas.