Recolocarse sí, pero con menos sueldo
Siete de cada diez despedidos aceptan un empleo peor retribuido.
Cuántos trabajadores a punto de ser despedidos estarían dispuestos a renunciar a parte de su indemnización a cambio de participar en un programa de recolocación para encontrar un nuevo empleo? La respuesta es muy pocos por no decir ninguno, según distintas fuentes de bufetes de abogados dedicados a gestionar ajustes de plantilla.
De momento, prácticamente ninguna negociación laboral hace este planteamiento, pero a medida que aumentan los expedientes de regulación de empleo (los afectados por un ERE se incrementaron un 153% en 2008) y los recortes de personal, los asesores laborales de las empresas aconsejan cada vez más acompañar las indemnizaciones con un plan social que incluya un programa para recolocar a los trabajadores despedidos. "Es también una forma más de dar caché a la empresa y tranquilizar a los trabajadores que quedan en ella", explica Agustín Teijido, ex director de Recursos Humanos de Boston Scientific Iberia, donde contrató un plan de recolocaciones y participó él mismo como afectado.
Pero ¿funcionan estos planes? El informe de recolocaciones de la empresa especializada Creade Lee Hecht Harrison, del Grupo Adecco, indica que el 65% de los participantes el pasado año encontraron un nuevo empleo gracias al seguimiento de esta consultora.
Si bien, en Creade -que gestionó la recolocación de 5.253 trabajadores en 2008, el doble que el año anterior- admiten que la crisis también ha mermado los logros de su empresa ya que el índice de recolocaciones fue superior en años anteriores (el 99% en 2006 y 85% en 2007).
Además, los éxitos de este tipo de programas no suelen ser gratis. El peaje que deben pagar la mayoría de los trabajadores que consiguen recolocarse es el aceptar salarios más bajos que los que estaban cobrando. De hecho, este informe asegura que siete de cada diez recolocados del personal de base tenía un salario inferior en el nuevo puesto de trabajo. Este porcentaje menor para los mandos intermedios y altos directivos (poco más de la mitad deben aceptar recortes salariales).
Aunque hay excepciones. La empresa de capital riesgo donde trabajaba Catherine Peers cerró y ella asegura que "tenía asumido" que si encontraba un nuevo empleo estaría peor pagado. Sin embargo, tras participar en un programa de Creade, encontró un puesto de marketing en Sanitas, mejor retribuido.
A cambio, son los puestos más cualificados los que más han aumentado el tiempo medio en el que consiguen recolocarse, pasando de cuatro a seis meses. Mientras que los menos cualificados han aumentado este plazo de cinco a seis meses. "Los perfiles más altos, con sueldos de 100.000 euros al año son los más difíciles de recolocar", asegura Teijido. La edad también es un factor a tener en cuenta. La mayoría de los menores de 35 años y mayores de 50 tardan menos de los seis meses de media en recolocarse.
Los planes sociales son papel mojado
La ley española obliga a las empresas de más de 50 trabajadores que quieran hacer un expediente de regulación de empleo (ERE) a que incluyan en dicho ajuste un plan social para mitigar el impacto del paro en los trabajadores afectados. No obstante, las legislaciones autonómicas, de las que dependen los ERE, no precisan el contenido de estos planes y mucho menos proponen la recolocación, por lo que suelen ser papel mojado.