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Elecciones UE (-3 días): La recta final de Barroso

La reelección de José Manuel Barroso como presidente de la Comisión Europea se ha convertido, contra todo pronóstico, en la única incógnita comunitaria de las elecciones europeas que han arrrancado hoy en Reino Unido y Holanda y concluirán el domingo día 7 en España, entre otros países. Aunque se daba por hecha, las convulsiones politicas que sacuden al continente han colocado al portugués frente a una serie de imprevistos escenarios. Y en alguno de ellos, aunque no sean los más probables en estos momentos, Barroso puede acabar fuera de Bruselas.

Escenario del status quo: el grupo Popular mantiene en las elecciones su ventaja sobre el grupo Socialista. La cumbre europea del 18 y 19 de junio elige a Barroso como candidato a la presidencia de la CE y el Parlamento europeo lo ratifica a mediados de julio en base al Tratado de Niza (que sólo requiere la aprobación parlamentaria del candidato, sin especificar un mínimo de votos necesario).

Escenario alternativo: los socialistas recortan seriamente la diferencia con el grupo Popular, hasta el punto de poder frenar la candidatura de Barroso con ayuda de Verdes y Liberales. Esa posibilidad impide un acuerdo en la cumbre de junio, pero una cumbre extraordinaria a primeros de julio elige un candidato de consenso entre izquierda y derecha capaz de superar la votación en Estrasburgo con arreglo al Tratado de Niza.

Escenario Sarkozy: con independencia del resultado de las elecciones, el presidente francés logra su objetivo de retrasar la elección del nuevo presidente de la Comisión hasta que se despeje el futuro del Tratado de Lisboa, pendiente de un nuevo referéndum en Irlanda (en octubre, como muy pronto). La nueva Comisión, con o sin Barroso, no entraría hasta primeros de 2010. Y obligaría a Barroso o a su sustituto a ser ratificado en el Parlamento con arreglo al Tratado de Lisboa, más exigente que el de Niza porque requiere el voto favorable de una mayoría de los miembros del Parlamento.

Escenario cataclismo: las elecciones barren del mapa al Gobierno de Gordon Brown en el Reino Unido y al de Brian Cowen en Irlanda. La entrada en vigor de Lisboa se aplaza sine die porque Dublín no puede convocar un nuevo referéndum y la previsible entrada de David Cameron en Downing Street supondría la pérdida del apoyo de Londres al nuevo Tratado. El Consejo Europeo elige un nuevo presidente de la Comisión en medio de una grave crisis institucional y política. Barroso puede ser la apuesta de la continuidad... o el chivo expiatorio de una etapa que, bajo su presidencia, ha visto descarrilar la Constitución europea, encallar el Tratado de Lisboa y una crisis económica sin precedentes que ha dejado paralizada a la Comisión.

Sólo el pimer escenario resulta inequivocamente favorable a la renovación de Barroso. Es el más probable. Pero no está, ni mucho menos, garantizado.

Foto: Comisión Europea.

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