Comodidad y discreción en SAS
Hallvard Bratberg dirige con austeridad la compañía aérea en España y Portugal.
Su trabajo está orientado a la labor en equipo. No lo concibe de otra manera. Hallvard Bratberg, de 43 años, nacido en una pequeña localidad cercana a Oslo (Noruega) y director general para España y Portugal de la compañía aérea escandinava SAS, observa diferencias entre la forma de trabajar de los países nórdicos y la de los latinos. "En Escandinavia todo está orientado a resultados y el trabajo se realiza de manera consensuada. En cambio, en España todo sucede de forma más ágil porque no se pide tanta opinión a los integrantes del grupo". Se trata de un ejecutivo de apariencia tranquila, sin tendencia a romper el equilibrio. No cambia el gesto a pesar de que el tema que se aborde sea el de la crisis. "Afecta al negocio aéreo en particular y al sector turístico en general, pero hay que aprovechar la oportunidad que supone para España atraer a turistas escandinavos".
Entre otras razones, esgrime las buenas infraestructuras que tiene España, su historia, su cultura, así como la gastronomía, la gente y el sol. "España es un destino muy interesante para el turismo y es fácil venderlo porque te ofrece experiencias y lugares únicos y diferentes. El sur de España no tiene nada que ver con el norte, es una tierra de contrastes". Lo que sí cree es que la crisis hará que la organización y los procesos de trabajo cambien. En el caso de las líneas aéreas a través de acuerdos de colaboración, como son los códigos compartidos para facilitar la red de vuelos.
Lleva algo más de un año en España y está totalmente integrado en las costumbres, y lo que más le sorprende es la vida de calle que tienen las ciudades. "En Noruega, cuando es invierno la gente no sale de sus casas, y a partir de mayo sólo se busca el sol". Bratberg agradece todas las oportunidades personales y profesionales que le ha brindado SAS, donde ha trabajado toda su carrera profesional. "Sientes que formas parte del mercado y aprecias cómo funciona, a través de las compañías aéreas, el resto de los sectores económicos".
Su trayectoria está ligada desde los inicios a la citada línea aérea, donde comenzó a trabajar a tiempo parcial para financiar sus estudios de Económicas y Administración de Empresas. El secreto de tan larga estancia no es otro que "haber podido hacer muchas cosas dentro de una misma empresa". Se refiere a su conocimiento de la compañía, donde ha ocupado todo tipo de puestos en distintos departamentos y países.
Se incorporó al grupo SAS en el año 1987 y una década más tarde fue trasladado a Hong Kong, ciudad en la que permaneció durante dos años. Entre 1999 y 2002, ocupó distintos puestos en las oficinas centrales de la compañía en Suecia hasta que en el año 2002 regresó a Noruega para trabajar en el departamento de cuentas corporativas, donde fue nombrado director del programa corporativo. "Toda mi experiencia profesional se ha desarrollado como si hubiera trabajado en distintas empresas y en ambientes muy diferentes. Es algo que yo nunca he planeado pero ha ocurrido de esta manera". Pero si algo le gusta es "producir, hacer cosas, trabajar y estar en contacto con la gente". Todo esto lo cuenta Bratberg desde su despacho en plena plaza del Callao madrileña, heredado de su antecesor en el cargo, Ole Johansson, ahora director general de SAS en Japón.
El espacio es pequeño, nada apabullante, discreto, casi en sintonía con los tiempos que corren en los que cualquier derroche puede interpretarse como fuera de lugar. "Me gustan las cosas sencillas y no necesito nada especial para trabajar, sólo un buen equipo". La puerta siempre la tiene abierta, "el contacto con la gente es decisivo para un puesto ejecutivo porque tienes que conocer todo tipo de opiniones". Empieza a trabajar temprano, ya que si hay algo a lo que no se acostumbra de Madrid es al tráfico que invade el centro de la capital. Llega a la oficina pasadas las siete de la mañana. A cambio, suele marcharse sobre las 18 horas. "Es muy importante conciliar mi vida familiar con la laboral". Algo que en su país es habitual.
El batería de los Beatles
Frente a su mesa de trabajo destaca una foto, realizada en 1964, en formato destacable en la que aparecen los Beatles, a pie de escalerilla de un avión de la aerolínea SAS. La banda de Liverpool se encontraba de gira por Europa y Asia.Y si la guarda es por algo especial. A Hallvard Bratberg siempre le ha gustado la música y uno de sus instrumentos preferidos es la batería. Curiosamente, el batería de la foto de los Beatles no es Ringo Starr, sino Jimmi Nicol, que tocó en su lugar debido a que el músico titular de la plaza se encontraba enfermo.Muy cerca, se encuentra en la misma posición que los Beatles, la que fuera primera ministra de India, Indira Gandhi, asesinada en 1984. El retrato de la mandataria india fue tomado a principios de los años ochenta. Tanto los Beatles como Gandhi, asegura Bratberg, son dos símbolos a los que hay que tener presentes. En otra pared tiene una emotiva reproducción de la portada de la revista noruega Welts-chmrez, que le regaló un amigo suyo y cuya ilustración refleja "unas lágrimas para el mundo".El despacho es funcional, con lo imprescindible para trabajar. Destaca en la mesa una fotografía de su esposa y de sus dos hijos. Siempre ha sido coleccionista de coches antiguos y de libros. Ahora, a lo que es adicto es al café.