_
_
_
_

La importancia de los empresarios juveniles

Es fácil restar importancia a la idea del espíritu empresarial juvenil. Mas una vez que lo empresarial se integra a las posibilidades en las opciones de carrera en las mentes de los jóvenes, se vuelve un principio organizacional dinámico para la sociedad como un todo. Esto conlleva mucho más que cambios en el currículo escolar, sin ignorar lo importante que éstos son.

De hecho, cambia no solamente la conversación acerca de la economía nacional misma, sino, en última instancia, el ADN económico de una nación. Tradicionalmente, en muchas sociedades alrededor del mundo el dedicarse a actividades empresariales -si es que del todo se vislumbraba- se ha visto principalmente como del dominio de hijos de padres adinerados; es decir, una actividad para una élite.

A decir verdad, nada es más asfixiante para una economía que mantener los conceptos de lo empresarial fuera de las aulas, disposición justificada a menudo por ser supuestamente una actividad de los ricos. Si bien ésa pudo ser la realidad del pasado en demasiados países, la agenda de hoy en todas partes es abrirse al mundo, de modo que muchos jóvenes reciben la oportunidad de participar.

Abrir el campo empresarial a gente más joven sobre una base más extensa se convierte, por lo tanto, en parte integral del proceso de democratización más amplio que está en marcha en todo el mundo. Su mensaje central es lo suficientemente claro: la oportunidad económica no está ligada directamente con el estatus social.

Muchas economías emergentes, desde Europa Oriental y Asia hasta Latinoamérica y África, todavía se encuentran en medio de un giro marcado hacia economías realmente de mercado. Ampliar los horizontes de los jóvenes hacia las oportunidades empresariales crea una comunidad natural para fortalecer esos mecanismos de mercado, y es seguro que va a ampliar el potencial de una economía.

La facilidad que tienen para usar la tecnología, el deseo de explorar nuevos horizontes y la ambición por lograr una mejor vida para ellos de la que era posible para la generación de sus padres dan un impulso poderoso, como se puede atestiguar desde las ciudades florecientes de China hasta África.

En el mundo industrializado de hoy, los jóvenes -al tiempo que se desempeñan en un ambiente muy diferente- están llegando a conclusiones que hacen una necesidad también el dar un énfasis mayor a lo empresarial en la agenda nacional. De manera interesante, eso es válido incluso para quienes no piensan en ellos mismos como verdaderos empresarios.

Si bien algunas personas se lamentan de que los días del empleo de toda la vida con una sola empresa, en lo esencial, son cosa del pasado, la generación joven en los países occidentales -claro que en diferentes grados- recibe con agrado esos cambios. La mayoría de los jóvenes, no sólo en Estados Unidos, prefiere no hacer toda su carrera con una sola empresa.

En un mundo donde el tamaño del personal es cada vez más pequeño y la competencia cada vez más global, una actitud empresarial entre los empleados se ve como un activo en lo que otrora fueran organizaciones burocráticas.

Esto sugiere que, en los países occidentales, lo que tal vez sea el cambio más significativo hacia una mentalidad empresarial se manifestará como un relajamiento de la actitud del empleado que ha prevalecido durante tanto tiempo.

Si bien esto conlleva la aceptación de más riesgo y más apertura al cambio, también marca un cambio de una forma más pasiva de pensar en la vida hacia una postura más activa. Eso puede parecer incómodo a algunos, y probablemente lo sea.

Pero, de nuevo, dados los cambios profundos que se están produciendo en la economía global, realmente no hay alternativa a adaptarse a un concepto más empresarial de la vida laboral de uno.

Para cerrar, en un momento en el que la economía global está sometida a tensión considerable, es inteligente buscar nuevas ideas e impulsos, así como abrir la mente a nuevas realidades. La exposición mayor al pensamiento empresarial en toda la generación joven, si no en la sociedad como un todo, también fortalece un sentimiento de realismo económico en una época marcada por la competencia fuerte.

Todo eso constituye la razón por la que hoy, para la generación joven, abrazar la idea de lo empresarial de forma más significativa y amplia de la que jamás hicieran sus padres es un paso vital hacia adelante.

Carl Schramm. Presidente y director ejecutivo de la Fundación Kauffman

Archivado En

_
_