Alerta con las cuentas públicas

El Estado ha registrado hasta abril una caída en la recaudación del 11,5%, con pérdidas del 12% en el IRPF y del 33% en el IVA. Dado que los gastos han mantenido su velocidad de crucero y han avanzado más del 13%, las cuentas públicas registran un saldo negativo de 8.400 millones de euros, una cantidad muy elevada para sólo cuatro meses de actividad, y más teniendo en cuenta que hace un año había números negros por similar cantidad. Este desempeño fiscal es lógica consecuencia del deterioro dramático de la actividad en el que puede pasar a la historia como el trimestre más contractivo que se recuerda.

Pero el deterioro de los ingresos y pagos del Estado lleva una velocidad demasiado acelerada para un país que se ha podido ahorrar un salvamento del sistema financiero que en otros, como Reino Unido, ha descabalado la salud de las finanzas públicas para muchos años. En sólo doce meses España ha visto cómo desaparece su superávit primario y cómo pasa de una capacidad de financiación de 3.560 millones de euros a una necesidad de financiación de 44.000 millones. El Gobierno debe buscar fórmulas que reconduzcan esta sangría de gasto para volver cuanto antes al equilibrio. Si no, la economía pagará una elevada factura financiera, que se trasladará a la financiación del sector privado y tendrá incalculable coste en crecimiento.