Reestructuración bancaria en serio
Una de las múltiples tareas por abordar de manera inminente en la economía española es la anunciada reestructuración del sistema financiero, muy especialmente de las cajas. La totalidad de los actores implicados -Banco de España, partidos políticos y entidades- están de acuerdo en el diagnóstico. Sólo falta determinar cómo se le pone el cascabel al gato. Todo parecía indicar que la hoja de ruta estaba pactada hace unos meses, pero el cambio en el equipo económico del Gobierno ha desencadenado un lógico paréntesis, que parece que se prolongará hasta después de las elecciones europeas.
En cualquier caso, los mensajes que ha empezado a lanzar la vicepresidenta segunda y ministra de Economía, Elena Salgado, a representantes del mundo financiero son coherentes y van bien dirigidos. Y de todos ellos, uno tiene una especial relevancia: dotarse de todos lo poderes necesarios para forzar una fusión de cajas. Tanto el Ministerio de Economía como el Banco de España son conscientes de que el poder político de las comunidades autónomas puede llegar a convertirse en un obstáculo. De ahí que estén trabajando en eliminarlo en caso de fuerza mayor. Para situaciones de excepción, las medidas han de ser de excepción. Y más cuando lo que está en juego es el correcto funcionamiento del sistema financiero.