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Tribuna
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Crisis del Estado de bienestar y futuro de los dependientes

El contexto económico actual no puede ser una excusa para reducir los presupuestos destinados a la dependencia, ni para aplicar incorrectamente una norma convirtiendo una excepción -el cuidador informal- en una solución provisional a las dificultades económicas que atraviesan muchas familias. El sector de la dependencia es estratégico y procura no sólo el bienestar de las personas en situación de dependencia sino que crea empleo de forma intensa y estable, generando oportunidades de negocio directa e indirectamente. Pero, además, una adecuada utilización de los recursos disponibles permitirá una gestión eficiente y a menor coste.

Nos estamos jugando el futuro. La atención a la salud cada vez consume más recursos. Es necesario establecer políticas sanitarias y sociosanitarias eficaces y sostenibles en el tiempo. Si lo hacemos bien, habremos logrado algo que en principio parece una paradoja; dar más calidad a menor coste, lo que se consigue con criterios de eficiencia, de forma que los recursos que configuremos se adapten mejor a las necesidades de las personas.

Ese es el objetivo del II Congreso Nacional de la Federación Empresarial de Asistencia a la Dependencia, que se celebrará en Ifema entre el 4 y 5 de junio de este año, que reunirá a más de 500 empresarios y profesionales, así como a representantes de la Administración central y autonómica para debatir sobre la situación actual de la Ley de Dependencia y las tendencias de futuro. O, lo que es lo mismo, la financiación de la norma, la profesionalización de la atención y cuál o cuáles son los modelos de atención que tenemos que implantar para mantener y ampliar el estado del bienestar a toda la sociedad.

La dependencia no puede verse simplemente como un área de puro gasto sin más, porque es mucho más. Genera importantes retornos no sólo en la calidad de vida de los dependientes y sus familiares, sino también en creación de riqueza y mano de obra intensiva. Un ejemplo: cada plaza que se crea supone una inversión de 60.000 euros, partida de la que se benefician las empresas de construcción, equipamientos, mobiliario, instalaciones, etcétera. Además, por cada dos plazas residenciales creamos un puesto de trabajo fijo, localizado y estable.

Si el 20% de las plazas residenciales que se encuentran vacías actualmente se llenaran con los dependientes valorados que no están recibiendo el servicio, harían falta entre 25.000 y 30.000 trabajadores. Empleo estable y de calidad. Profesionales formados y, lo que es más importante, una tarea sometida a un estricto control de calidad, tanto por las empresas como por la Administración pública.

Esto es lo que exige la ley y el camino para hacer sostenible el estado del bienestar. Sin embargo, hay mayores en lista de espera y plazas libres que no se cubren porque se dan prestaciones excepcionales a cuidadores informales sin cualificación, ni control.

Desde la Federación Empresarial de Asistencia a la Dependencia insistimos en la necesidad de definir un modelo sociosanitario. Un protocolo que evite que nos gastemos 500 o 600 euros diarios en atender a un dependiente en un hospital y que, además, éste no reciba una rehabilitación y atención adecuada a sus necesidades tras su periplo hospitalario y que no mejorará su condición de vida cuando, por un coste muy inferior, podría ser menos dependiente e incrementar su calidad de vida con un servicio profesional. Confiamos que en el nuevo Ministerio de Sanidad y Asuntos Sociales, Trinidad Jiménez asuma la necesidad de una coordinación sociosanitaria real.

Hoy hay más de 700.000 personas atendidas en las distintas empresas que configuran la Federación Empresarial de Dependencia por lo que estamos en un sector estratégico que genera riqueza, mano de obra intensa, importantes retornos y oportunidades de negocio en investigación, tecnología en múltiples sectores empresariales, además de una dar respuesta a una cuestión moral: atender a nuestros mayores y dependientes.

Alberto Giménez. Presidente del II Congreso Nacional de la Federación Empresarial de Asistencia a la Dependencia

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