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Nuevo libro

Lecciones para aprender de la crisis financiera mundial

La figura del regulador mundial gana seguidores.

La globalización se ha convertido en un arma de doble filo. La propagación de riesgos por el sistema ha sumido al mundo en una recesión muy severa que ha hecho tambalear los cimientos del sistema financiero. Anton Brender y Florence Pisani, economistas de Dexia AM, analizan las lecciones de la crisis en un libro titulado La globalización financiera y su colapso donde argumentan que la vulnerabilidad del sistema persistirá si las autoridades no refuerzan la supervisión y la acompañan con la creación de un regulador global.

"La crisis no habría tenido lugar si el sistema financiero hubiera estado mejor regulado", asegura Brender. La globalización ha permitido que los ahorros generados en una parte del planeta financien otras regiones, un fenómeno que explica en buena medida el fuerte crecimiento mundial de los últimos años.

Paradójicamente, las economías emergentes han sido las principales proveedoras de financiación, lo que ha provocado que gracias a la innovación financiera y a la falta de regulación de ciertas actividades, estos países invirtieran pero transfiriendo los riesgos a terceros. Un fenómeno que ha probado tener consecuencias nefastas al dar lugar a un complejo sistema financiero alternativo dentro del mundo desarrollado del que formaban parte los vehículos fuera de balance, los hedge funds, los bancos de inversión o instituciones como Fannie Mae o Freddie Mac.

"La innovación financiera no se puede matar pero es crucial supervisar mejor", añade. "Hay un límite a la cantidad de ahorro que se puede absorber sin riesgos", comenta Brender.

Las recetas de Brender y Pisani para limitar la vulnerabilidad del sistema pasan por la asunción por parte de las autoridades de su responsabilidad para garantizar su sostenibilidad, incluso cuando ello implica la pérdida de cierto poder, así como la aceptación de la figura del supervisor global, una vez probado que la yuxtaposición de diferentes sistemas a nivel mundial no resulta seguro.

La adopción de medidas preventivas es otra lección de la crisis. Pisani y Brender alaban la labor del Banco de España y consideran que la adopción de normas contables que obliguen a las instituciones financieras a provisionar continuamente por los riesgos que asumen, incluso en los buenos tiempos, es un ejemplo a seguir.

Al mismo tiempo, consideran que una vez que los agentes privados estén bien regulados, también es indispensable la intervención de los agentes públicos como tomadores de riesgos ya que en algunos casos serán los únicos realmente capaces de hacerlo. Algo, especialmente relevante en los riesgos asociados a la transferencia de fondos a los países emergentes.

La globalización aumenta el potencial de crecimiento a nivel mundial pero entraña riesgos si no existe una cooperación global, aseguran estos expertos. "Es clave que los principales países ajusten sus políticas para atenuar las presiones. Los grandes ahorradores deberían gastar más. Alemania y China ya lo están haciendo pero con una supervisión global hubieran empezado antes", concluyen Pisani y Brender.

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